La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Y de pronto se impone la paz en el PP

El próximo congreso regional y el previsible adelanto electoral obligan a reducir los riesgos en las plazas más complicadas

De pronto se han desbloqueado todas las tensiones en el PP de Sevilla. En un visto y no visto, en un santiamén. De pronto el presidente de la Junta de Andalucía se reúne con sus diputados, que no son tantos, sin que haya que esperar a la copa de Navidad. De pronto se sienta a trabajar con los ocho presidentes provinciales, incluida Virginia Pérez, la única mujer del grupo. De pronto reina la armonía, se impone la paz y se busca la gloria. De pronto, de pronto, todo se ha vuelto un bálsamo. El tam-tam del congreso regional del partido y el de las elecciones autonómicas adelantadas marcan los ritmos. Ay, presidente, que te veo venir. De pronto se sonríe, se dirige la mirada al objetivo que antes se evitaba, se conceden más entrevistas, se dice lo contrario de lo que se piensa. De pronto empiezan a pasar cosas que no pasaban desde hace tres años. El PP andaluz necesita la paz por las dos citas trascendentales que tiene que superar, sobre todo la de los comicios. Un congreso bien organizado, donde se escenifique un Prietas las filas sería la mejor antesala para esa convocatoria electoral que tendrá que llegar antes del tiempo marcado. Moreno necesita exhibir músculo. Y nadie entendería la mínima discordia en ninguna plaza, sobre todo en Sevilla, cuando se ostenta lo que nunca nadie había disfrutado: el poder de la Junta de Andalucía. Si después analizamos la cosa por barrios, la cuestión es distinta porque hay parcelas donde los peperos no la huelen como deberían, pero eso es harina de otro costal. En Sevilla, donde se arrearon la lista oficial con la promovida por el propio Moreno con derrota del presidente, no le van a poner a Juan Manuel ningún problema. Ni los que ganaron, porque no tienen interés alguno más que en ser respetados, ni los que perdieron, porque están a sueldo de la Junta en muchísimos casos. Por fin alguien ha pensado con la cabeza y ha dictaminado el cese de las hostilidades en la capital. En las otras siete provincias tampoco nadie pondrá pegas. Moreno vivirá su congreso este otoño como muy tarde, del que saldrá relanzado, con Casado en la jornada de clausura, los telediarios conectados y todas las ovaciones del mundo. Podrá presumir de un alto índice de vacunación en la región más poblada de España y de un Gobierno estable, donde los naranjas se mueven tímidamente, más preocupados en sobrevivir que en despegarse del PP. Por todo esto se ha hecho la paz en Sevilla de pronto. No hay otra razón. Y mientras, Juan Espadas ya es secretario general del PSOE andaluz. ¿Ven cómo hay que correr de pronto en el PP? ¡Que se nos va la pascua, Juanma, que se nos va!

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