Son evidentes las razones que tiene el vecino de este inmueble para verse obligado a recordar por escrito una obviedad. Está claro que es porque hay gente que no respeta a nada ni a nadie. Ojalá tenga éxito y el mensaje del cartel obligue a más de uno a replantearse su intención de miccionar en la calle. Y por las mismas, no estaría de más que hagan lo mismo lo que dejan cucuruchos en los polletes de las ventanas.
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