Sin red que nos proteja

El virus nos cogió "en bragas" y no había ni siquiera mascarillas ni batines para proteger a los que atendían a sus semejantes

En los últimos días y en todos los medios de comunicación no ha dejado de informar sobre lo que ya es, en la inmensa república de China, un nuevo ataque de la pandemia del Covid19, que nunca ha llegado a desaparecer completamente. Son más las ganas que la realidad.

El desnorte que sobre esta invasión vírica hemos sufrido y la actitud de evidente pero falsa autosuficiencia -pese a las claras y ya lejanas advertencias de la Organización Mundial de la Salud- llevó a afirmar, hace tan sólo tres meses o muy poco más, al hoy tan popular doctor Simón, fallido centinela sanitario en nuestra nación, que la cosa que se nos presentaba no revestiría excesiva gravedad y que ese virus oriental no causaría estragos de consideración en nuestro preparadísimo país. Menos mal.

Qué lejos estaba el experto director del Centro de Alertas Sanitarias de la realidad que se avecinaba. Y si no, que se lo pregunten a los miles de familiares de contagiados o de los que han muerto en este tiempo en que, puestos a pensarlo, no sabemos si tanto por efecto del propio virus o mucho más de la tan tremenda soledad a la que el propio Estado y "el sistema" los llegó inhumanamente a someter.

El virus, dicho en Román paladín, nos cogió "en bragas" y no había ni siquiera mascarillas ni batines para poder proteger a los que, en hospitales y otros centros sanitarios, han atendido, con mucha más profesionalidad, afecto y dedicación a sus semejantes que con medios verdaderamente eficaces ante la rara pandemia.

Ahora, en España; que es lo que por más cercana nos toca; parece que hemos superado, en todas las comunidades autónomas -solo quedaría una semanita- todas las fases de lo que se ha dado en llamar "desescalada" y comienzan a abrirse toda clase de grandes superficies comerciales, negocios de ocio y los kilómetros sin fin de nuestras playas, en las que queremos pasar el verano, supuestamente sometido ya este virus coronado que, sin embargo, aún podría reaparecer, en forma mutada, no sabemos si con otra fuerza y con nuestros equipos sanitarios y de emergencias completamente agotados y diezmados por el enorme sobreesfuerzo.

Avisos nos están dando. En China ,vuelven "las barbas a cortar…" Nosotros, con muchos tajos laborales cerrados y muchos ERTE sin pagar aún y largas colas en Cáritas y Banco de Alimentos, tenemos que abrir las fronteras. La industria del turismo ha de ponerse de nuevo en marcha y con ella todas las demás actividades productivas. Con precaución, con cuidados extremos sí, pero que sepamos que para los saltos en este trapecio, la dirección del circo no ha puesto red que nos proteja. ¿O no?

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