No sabe nada, Villafranca

Ella no tiene nada que ver, aunque tuviese el rango de directora general de la Junta de Sevilla. No sabe nada, pasaba por allí

Ayer de mañana nos llegaba una nueva onda de ese inagotable estanque que es el mundo de la información, sobre el que se dio en llamar caso de las audioguías, judicial, naturalmente, que surgía en el año 2015 y que a estas calendas anda, aún, en fase de instrucción y "lo que te rondaré, morena".

Parece que una de las principales investigadas, María del Mar Villafranca, anterior directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, ha pedido a su señoría que tenga la amabilidad de archivar el asunto, por lo que a ella concierne, ¡claro!, pues en su opinión y a su modo de ver las cosas, su persona -como se dice en los cuplés- nada tiene ni ha tenido que ver con la adjudicación de aquel contrato por el que el Patronato citado puede ofrecer a los visitantes, un artilugio electrónico con el que hoy se visitan monumentos y te va contando a la oreja, en un murmullo de sabio, como si se tratase de un guía en conserva pero moscardón, algunos de los intríngulis de lo que se ve en la visita.

En realidad la Fiscalía, al socaire de lo que se descubrió, tras denuncia de algún amigo -o amiga, que suele pasar- comenzó a tirar del hilo y héteme aquí que se fueron sacando una serie de concesiones administrativas, con intenso olor a podredumbre, en las que el dinero y los intereses de los ciudadanos quedaban al desnudo, sin que pareciese habérseles proporcionado intervención, garantías, interés público, celo en su administración, en fin todas esas circunstancias que permiten que la administración pública pueda privatizar servicios o realizar adquisición de bienes, dentro de límites y justiprecios que nos puedan hacer pensar, que lo que es de todos está seguro y bien administrado. Luego, además de lo de las audioguías, hubieron otras cositas que invitaron a Su Señoría a procesar -que se decía antes- o a declarar como investigados -que eufemísticamente se dice ahora- a Mar Villafranca y a más de media docena de altos funcionarios relacionados con la administración del monumento Patrimonio de la Humanidad que, parece pudo, por momentos, ser confundido con cortijillo particular. Villafranca ya lo dice, ella no tiene nada que ver, aunque tuviese el rango de directora general de la Junta de Sevilla, sueldo muy importante, chofer y coche oficial y algunas otras regalías, que se decía antes. Pero ella, ella no sabe nada del asunto, pasaba por allí, sólo. ¿O no?

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