Cambia, todo cambia

¿Quién sabe cantar en el PP?

¿Quién sabe si empezaremos ya a oír la música que destape más corrupción en Granada?

Aunque parezca mentira, en nuestro país hay un grupo numeroso de personas que pasarán años encerradas en la cárcel por haber cometido delitos popularmente conocidos como corrupción. Los ejemplos de María Antonia Munar y el resto de dirigentes de la derecha mallorquina demuestran que a pesar de la aparente impunidad con la que siguen actuando ciertas personas, en numerosas ocasiones la judicatura ha dictado condenas contundentes.

Como en las películas de gánsters, el hecho de que se confirmaran estas penas ha puesto de moda que a quienes han imputado les de por cantar para conseguir el 2 por 1: la reducción de las penas mediante la colaboración con la justicia, y la venganza contra quienes se aprovecharon de sus corruptelas pero ahora no les mandan ni mensajes al móvil.

Esta semana le ha tocado a Granados cantar lo que todo el mundo ya tarareaba: que las dirigentes del PP madrileño dirigían, valga la redundancia, los tejemanejes ilegales del partido, ¡qué sorpresa!

Mientras tanto, el lunes desayunamos en Granada leyendo que 7 concejales y el antiguo alcalde están a un paso del banquillo por el caso Serrallo. Este grupo sabe que el actual alcalde, también imputado en el caso de los cursos de formación, no es ningún peligro porque sigue sin cumplir con su promesa de levantar las alfombras, no vaya a ser que no le guste lo que encuentre debajo o le sigan rebuscando a él y al PSOE. También saben que el PP no ha mostrado intención alguna de pedir las 6 actas de ediles en activo, así que no repetirán lo que hicieron cuando obligaron a que dimitieran voluntariamente Torres Hurtado, Isabel Nieto y Sebastián Pérez, que se fue pero se ha quedado.

Sin embargo, la judicatura granadina sigue adelante a pesar de los ataques como aquel exabrupto de la antigua Fiscal General del Estado pidiendo explicaciones por la operación Nazarí. Por lo tanto, hay ediles que le están viendo las orejas al lobo y quizás piensen que es mejor empezar a cantar que esperar a que les pase como a la Munar. El desmadre urbanístico y la ruina municipal que sufrimos todos los días en Granada, ha beneficiado a una camarilla de amiguetes y han podido ser lucrativos para quienes gobernaban la ciudad, pero también tendría sentido que hubieran podido beneficiar al PP en coherencia con lo ocurrido de forma reiterada en el partido que dirige M. Rajoy.

¿Quién sabe si empezaremos ya a oír la música que destape más corrupción en Granada? ¿Quién sabe si entonces las privatizadas aguas de nuestra ciudad dejarán de oler a podrido? ¿Quién sabe cantar en el PP?

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