Lo del no cierre perimetral de Montefrío es de traca y ratifica los peores augurios por dejar la gestión de la pandemia en manos de los tribunales, cuando las respuestas deben salir de la política y, sobre todo, de los expertos. Ayer, cuando se conoció que el TSJA tumbaba el cierre perimetral de Montefrío, en esta redacción buscamos enseguida, por inercia, qué resoluciones se habían tomado en el resto de municipios de Andalucía en el mismo caso. Y se buscó sin sospechar que la polémica iba a estar a la vuelta de un click. "Vamos, voy a mirar pero es imposible que dos tribunales se vayan a llevar la contraria en un tema tan espinoso", pensó seguramente el redactor. Y se quedó con los ojos como platos. Lo peor de todo es la desazón que se causa en la ciudadanía, porque la propia alcaldesa socialista estaba ayer que trinaba porque entendía que el cierre perimetral era una medida justa y proporcionada en un municipio que tiene una tasa de más de 2.200 contagios por cada 100.000 habitantes. Ojo, los magistrados tienen sus razones jurídicas claro, pero las epidemiológicas mejor para los expertos.

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