Cambia, todo cambia

#10J por nuestra salud

Las listas de espera son desesperantes y en Granada se incrementaron con la apertura del nuevo hospital

Los recortes presupuestarios, la falta de personal, la privatización y la deficiente gestión de quienes dirigen la sanidad pública son perjudiciales para la salud igual que el tabaco. La mejor confirmación de esta evidencia científica son las experiencias que hemos sufrido en nuestras carnes o en las de quienes tenemos cerca.

Las listas de espera son desesperantes y en Granada paradójicamente se incrementaron con la apertura de un nuevo hospital que al principio se quedó en un medio hospital fusionado. ¿Quién no ha pensado que alguien debía haberse equivocado de mes al fijar nuestra cita para una prueba diagnóstica, para una operación, o para visitar médicos especialistas? Incluso para conseguir esta atención la mayoría conocemos personas que, antes de la cita lejana, acuden a urgencias incrementando la saturación que ya de por sí tiene este servicio esencial para nuestro bienestar. Y lo que es más triste, quien tiene dinero evita las incertidumbres y las molestias de los retrasos pagando en la sanidad privada lo que tarda demasiado en la sanidad pública, que pierde su apellido "universal" cuando de este modo agudiza las grandes desigualdades que hay en nuestra tierra.

También podemos tener quejas del personal sanitario o que, como en todos lados, haya gente que trabaje más y otra que trabaje menos. Pero debe quedar claro que quienes sostienen nuestra sanidad pública sufren en sus tareas diarias la carencia de inversiones y personal que afectan a la calidad del servicio. Algo que, lógicamente, no es responsabilidad suya.

Frente a esto caben dos estrategias. La primera, de índole personal, consiste en prevenir cuidando nuestra salud y la de nuestro entorno, pues es evidente que muchas enfermedades tienen que ver con hábitos poco saludables y con la degradación acelerada del medio ambiente. Todo el mundo sabe que hacer ejercicio, cuidar nuestra dieta y evitar el estrés garantizan menos visitas al hospital.

La segunda estrategia es la demanda de políticas públicas que mejoren nuestra salud. Esto pasa por mejorar la atención sanitaria y también por exigir la disminución de las desigualdades o por fomentar la nutrición saludable como hace el comedor ecológico del Colegio Público Gómez Moreno que Susana Díaz quiere vender a una multinacional.

En Granada hemos entendido muy bien todo esto y nos enfrentamos constantemente a quienes quieren perjudicar nuestra salud. La AMAPA del Gómez Moreno está encerrada en el colegio, y el 10 de Junio se ha convocado en Sevilla una gran manifestación para la que saldrán numersos autobuses de nuestra ciudad con el orgullo de haber conseguido la desfusión hospitalaria a pesar del empecinamiento del PSOE.

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