Tres semanas trágicas

Hay miles de muertos que pudieron evitar. No por ir a las manifestaciones, sino por actuar tan tarde y tan mal

El relato de lo que ha ocurrido en España no lo va a reescribir, manipulado, este Gobierno, porque ya está escrito. Podrán destituir a personas íntegras, como el coronel Pérez de los Cobos, o enviar signos al Poder Judicial. Podrán utilizar métodos de una dictadura bananera. Pero quedará la realidad. En los periódicos de tres semanas trágicas (del 24 de febrero al 15 de marzo) está escrito el relato del coronavirus. Ahí se descubren los errores iniciales que han causado 30.000, o quizás 40.000 muertos en España. Y ahí se ve que la Guardia Civil ha contado la verdad. Aunque les duela.

Primera semana (del 24 de febrero al 1 de marzo). En Italia avanzaba el coronavirus, mientras se viajaba como si nada. En España había tres casos… Y cientos no detectados, sobre todo en Madrid. Fue uno de los errores. Otro hacer caso a la OMS, que el 24 de febrero dijo que no se podía hablar de una pandemia. En esos días hubo Carnavales, los actos del 28 F, y el Gobierno lo veía como cosas de chinos.

Segunda semana (del 2 al 8 de marzo). El día 2 ya había 84 casos confirmados en España, de ellos 12 en Andalucía. Ese mismo día, sobre la posibilidad de suspender eventos, Fernando Simón dice: "Se puede plantear de cara al futuro, pero no como medida generalizada". Salen via crucis masivos en Andalucía. Se empiezan a prohibir besamanos y se habla de suspender las Fallas, e incluso la Semana Santa. Pero el 8-M se celebran manifestaciones feministas y el mitin de Vox en Madrid.

Tercera semana (del 9 al 15 de marzo). El Gobierno cambia de actitud el día después del 8-M. Ese día Sanidad ordena cerrar universidades y colegios en Madrid y el País Vasco. En España el 9-M ya había 28 muertos y más de 1.000 casos detectados. El coronavirus vuela: la OMS alerta de una grave pandemia, se hunden las bolsas, se suspende la Liga y la Semana Santa, y se declara el estado de alerta. El domingo 15 ya están los españoles confinados.

Hay un antes y un después del 8 de marzo. Como la pandemia se refleja dos semanas después, hay miles de muertos que pudieron evitar. No por ir a las manifestaciones, sino por actuar tan tarde y tan mal. Cuando empieza el encierro, los hospitales ya eran focos de contagios mortales y muchos madrileños habían propagado el coronavirus a otras regiones. Por cierto, al principio, el Gobierno habló de controlar el coronavirus en dos semanas, las que pidió para el primer estado de alarma.

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