Mirada urbana

Ni siquiera los canes se libran de la crisis

Fíjense en lo contradictorio de la imagen. Salta a la vista que el dueño de este perro se preocupa por él lo suficiente como para no dejarlo a la intemperie -con el frío y la persistente lluvia que no se anima a dejar la provincia- sin ningún abrigo. También le tiene el cariño suficiente para no arriesgarse a que escape, de ahí que permanezca atado a un banco. Ahora viene la contradicción. Esa cuerda, con ocho nudos y que ni siquiera llega a un collar, hace pensar que ese perro no vive una buena vida. Como tantos otros perros. Y, desgraciadamente, como tantos otros humanos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios