Para qué sirve el feminismo

Las ciudades en las que se vive amigablemente son aquellas que se construyen con perspectiva de género

Desde hace apenas 16 días Granada cuenta con un nuevo espacio verde de 117.000 metros cuadrados. En él hay 4.000 árboles, 80.000 metros de zonas ajardinadas, tres kilómetros de senderos, mobiliario urbano, alumbrado, mantenimiento, gestión de residuos… un espacio inmenso situado en el PTS, paralelo al trazado de la autovía.

Para cualquier ciudad esta es una muy buena noticia, no solo por lo que supondrá en la mejora de la calidad del aire o cualquiera de los muchos beneficios que las zonas verdes aportan a las ciudades. Es también una buena noticia porque los parques, más allá de ser zonas de ocio, deberían ser espacios para la convivencia ciudadana.

Con demasiada frecuencia la vida en las ciudades se organiza atendiendo a criterios de productividad o de pura especulación, sin tener en cuenta que las personas que las habitan deben respirar, jugar, desplazarse o relacionarse en los espacios y los tiempos que configuran la ciudad. Y esa forma de habitar la ciudad debería marcar el trazado de las calles, la ubicación de los parques o los servicios, los itinerarios de transporte… En definitiva, las ciudades en las que se vive amigablemente son aquellas que se construyen con perspectiva de género.

Esta perspectiva trata de hacer las ciudades más seguras para las mujeres, pero también acabar con otras desigualdades puesto que exige reflexionar sobre cómo distribuir los aparcamientos o dónde es más adecuado construir un hospital o una escuela.

Existen leyes europeas, estatales o autonómicas que establecen que los poderes públicos deben integrar aspectos relevantes desde la perspectiva de género en sus políticas y planes urbanísticos, pero queda aún mucho por hacer. Y, con frecuencia, es más determinante la sensibilidad de quienes gobiernan o planifican que la presión legal. En nuestra ciudad el V Plan de Igualdad de Género, aprobado hace apenas unos meses, es una potente herramienta para este trabajo.

Esa sensibilidad, cada día más presente en nuestra vida cotidiana, está marcada por el feminismo. Es de ahí, del trabajo y la lucha de muchas mujeres y algunos hombres, de donde surgen las iniciativas que están transformando ciudades como Granada en "espacios amables".

Por eso, por lo mucho que el feminismo ha hecho por nuestras vidas (aunque no lo veamos o no queramos verlo) es por lo que este viernes debemos sumarnos a la movilización del 8 de marzo.

Por lo que se ha hecho, pero muy especialmente por lo que aún queda por hacer: nos vemos en las calles.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios