Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

El sistema público de salud

La movilización es fundamental para impedir el desmantelamiento de la sanidad pública en Andalucía

Algún ingenuo igual pensaba que el sistema público de salud iba a ser reforzado en Andalucía tras la pandemia; que se estaría preparando un gran plan, con un presupuesto importante, para corregir las lagunas advertidas en el servicio público y mejorar las condiciones de unos trabajadores que merecen mucho más que un aplauso. Es una de las lecciones que deberíamos haber extraído de la pandemia. De hecho, nos ha mostrado que allí donde el sistema público de salud era más virtuoso (Asturias), la incidencia ha sido menor y, sobre todo, la mortalidad ha sido más baja. Sin embargo, donde el sistema público de salud, y también el de cuidados, era deficiente (Madrid), el índice de mortalidad ha sido el más alto de Europa. Sin embargo, en Andalucía no hay ningún plan. Salimos de la pandemia sin criterios definidos sobre la atención al usuario y, sobre todo, sin un horizonte para un modelo que precisa ser revisado tras la terrible experiencia vivida.

Es el momento de reforzar el sistema público de salud en Andalucía pero no se va a hacer. Y no es que el actual Gobierno andaluz quiera perjudicarnos. Es, simplemente, que su modelo es otro. No creen en un modelo público de salud, como ha sido configurado en Andalucía durante decenios y funciona en otras Comunidades Autónomas, sino en un proceso paulatino de privatización. Sin embargo, no se atreven a defenderlo públicamente al pensar, con razón, que la sociedad andaluza todavía no lo iba a aceptar. Por ello, van arrastrando los pies. Nuestro consejero de Salud ha defendido siempre que la sanidad universal y gratuita es una utopía, como nos recuerda la hemeroteca. Por tanto, es imposible que impulse algo en lo que no cree. En ese sentido, conviene no engañarse. Mientras la derecha gobierne en Andalucía, el sistema público de salud continuará deteriorándose en beneficio de la sanidad privada. Es lo que ha ocurrido en Madrid de forma seguramente irreversible.

En este contexto, la movilización ciudadana es fundamental para impedir el desmantelamiento de la sanidad pública en Andalucía, siempre de la mano de los trabajadores del sistema público de salud que sufren, día a día, el empeoramiento de sus condiciones de trabajo. Por ello, al rechazar el escaso tiempo de atención, la falta de profesionales, la dificultad de citas presenciales y tantos otros síntomas del deterioro de la atención primaria no podemos olvidar que son el resultado de decisiones políticas y que los responsables están en la Consejería de Salud y Familia, no en los centros de salud.

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