Ya se sabe que antes o después, en Granada los cambios de estación se producen de forma abrupta. Si prácticamente anteayer lo que primaba era la ropa primaveral, por no decir de verano, en cuestión de unos días el otoño ya se ha instalado de forma definitiva. A la lluvia que hizo acto de presencia a inicios de semana se ha sumado el frío. Como se ve en la imagen, además de las personas se ha abrigado hasta el perro.
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