La suerte es intangible y ciega a todo aquel que la pretende

Hemos llegado aquí por mero azar. Un elemento que no se puede ver ni tocar es el faro de la existencia, algunos, conformes con esa idea, toman sus decisiones diarias con la consciencia de que pase lo que pase la suerte es en un noventa por ciento la que guía su devenir, otros, se resisten a esta circunstancia. Estos últimos son los que la pretenden, la anhelan y quieren controlarla, incluso algunas veces intentan comprarla. Pero como todo lo que no se puede medir, la fortuna es insobornable y no se deja tentar por cualquiera, es sabia y sólo concede sus servicios a quien no la codicia.

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