La Rayuela

Lola Quero

lolaquero@granadahoy.com

La paguita a los tech-cayetanos de Granada

El alcalde socialista Paco Cuenca ha fijado su prioridad en la atracción de empresas tecnológicas a Granada, así que la bajada de impuestos de Juanma Moreno no debe de venirle mal para complementar otros incentivos a firmas llegadas de Cataluña, Madrid o Massachusetts

El alcalde de Granada, en una visita virtual a la Basílica de San Juan de Dios

El alcalde de Granada, en una visita virtual a la Basílica de San Juan de Dios / G. H.

No hay semana en la que el alcalde de Granada, Paco Cuenca, deje de visitar la sede de una de las cada vez más numerosas empresas instaladas en esta ciudad con nombres como Cívica Software, Vocces Tech, T-System… En cada cita, su foto con el CEO, su discurso y su nota de prensa con el mismo mensaje: la “prioridad absoluta” que es para este territorio de Andalucía consolidarse como un “polo de atracción de empresas científicas y tecnológicas”.

Parece que Granada tiene al fin ese “modelo de ciudad” tan anhelado como difuso durante décadas. Una de las principales bazas del alcalde es dejarse llevar de la mano y el prestigio del concejal Francisco Herrera, que antes de meterse en política ya era uno de los investigadores más relevantes en el mundo en su materia, computación e inteligencia artificial. (Este último dato no es una de las típicas hipérboles periodísticas, como se puede comprobar en los rankings internacionales). Él simboliza el hilo grueso con el que la ciudad ha empezado a coser la política, la gestión pública y el talento que emana de su potente Universidad. Esta institución, con su rectora a la cabeza, se ha puesto a remar en la misma dirección. El imprescindible todos a una.

El alcalde de Granada visita la empresa Bracelit con Francisco Herrera al fondo El alcalde de Granada visita la empresa Bracelit con Francisco Herrera al fondo

El alcalde de Granada visita la empresa Bracelit con Francisco Herrera al fondo / G. H.

El alcalde socialista, que ha tomado nota de lo ocurrido en las últimas elecciones autonómicas y se erige como referente de la moderación política en su partido, acaba de recibir dos noticias importantes que afectan a ese modelo de ciudad como imán de emprendimiento. Por un lado, arrancó la semana con el mensaje que llegaba desde Madrid, durante la celebración del Foro Joly. El presidente andaluz, Juanma Moreno, anunciaba una batería de medidas fiscales destinadas a promover la inversión, el anclaje de las grandes fortunas y la atracción de empresas para Andalucía. Está por ver si ése es el camino adecuado para lograr el fin, pero al menos es una declaración de intenciones con su correspondiente traslación al BOJA. Algo más que palabras.

Juanma Moreno durante su participación en el Foro Joly en Madrid. Juanma Moreno durante su participación en el Foro Joly en Madrid.

Juanma Moreno durante su participación en el Foro Joly en Madrid. / Antonio Pizarro

La otra noticia para Cuenca no tardó en llegar. Tanto el Gobierno de Pedro Sánchez como su partido se oponen radicalmente. La portavoz socialista Ángeles Ferriz lo expresó de la forma más tópica posible al decir que las medidas aprobadas por el Gobierno andaluz en materia fiscal suponen una “paguita a los cayetanos”. Y luego nos quejamos de que fuera de Andalucía nos tratan a base de clichés. 

Como exponía el director general de Publicaciones de Joly, José Antonio Carrizosa, en su columna del pasado jueves, el retrato que ha dibujado el Gobierno del presidente andaluz, como un Robin Hood en negativo “es de una simpleza que roza la estulticia”. Para “los gurús de Moncloa, lo que ha hecho Juanma Moreno con la supresión del Impuesto de Patrimonio es robarles a los pobres para dárselo a los ricos y los andaluces lo pagarán en peores servicios sociales”. A su juicio, Moreno ha asumido riesgos y ahora le toca a la oposición vigilar las consecuencias. 

No solo Cuenca, otros muchos alcaldes andaluces de cualquier partido político, han de pensar estos días que el incentivo fiscal va más allá de favorecer a los caciques y que depende mucho del contexto económico y la necesidad apremiante de empleos de calidad. Que se lo pregunten a Zapatero. Bueno, ya lo han hecho estos días y eso es lo que ha dicho. Pese a declararse escéptico sobre la bajada masiva de impuestos en un entorno de crisis e inflación disparada, Eduardo Osborne también se quejaba en su artículo semanal -Populismo financiero, era el título- de la “falta de mesura y exceso de teatro” que se produce cuando se habla de estas cuestiones en España.

Así que de vuelta al alcalde de Granada, éste sigue a lo suyo, a visitar empresas tecnológicas y a difundir de forma machacona el mensaje de que aquí las esperamos con los brazos abiertos y con todas las facilidades posibles, ya sean firmas catalanas, madrileñas o de Massachusetts. Hasta ahora se pensaba en ayudar con recalificación de terrenos, sedes subvencionadas, ayudas administrativas y, sobre todo, incentivos al empleo del talento que emana de la UGR. Ahora también habrá menos presión fiscal y no encuentro grandes diferencias entre lo último y todo lo anterior. Será la paguita a los tech-cayetanos

Juanma Moreno, junto a Paco Cuenca esta semana en Granada Juanma Moreno, junto a Paco Cuenca esta semana en Granada

Juanma Moreno, junto a Paco Cuenca esta semana en Granada / PS

El canon del agua y el susto de los alcaldes

En cuanto al discurso de la merma de los servicios sociales a cuenta de los 10 millones de euros que la Junta dejará de recaudar en Granada por la supresión del Impuesto de Patrimonio, también podríamos pensar en el canon del agua. Los andaluces hemos hecho frente durante muchos años a esta carga económica en nuestros recibos, pero no se ha traducido en las necesarias inversiones para la mejora de la gestión y depuración, hasta el punto de que Europa nos está multando y en los juzgados han tenido que comparecer ya algunos alcaldes por la falta de depuración. Esa causa no ha prosperado, pero tras el susto de verse ante la jueza no fueron pocos los ediles que se pusieron a aporrear la puerta de la Junta para que de una vez hiciera uso de ese dinero que religiosamente hemos pagado los consumidores. A partir de enero, dejaremos de hacerlo. 

Macarena y el odio

'Abascal y Olona', por Miki y Duarte 'Abascal y Olona', por Miki y Duarte

'Abascal y Olona', por Miki y Duarte

Ha coleado todavía esta semana el incidente de Macarena Olona durante su conferencia en la Universidad de Granada. El sindicato de estudiantes convocante de aquella protesta en la Facultad de Derecho dirige ahora toda su ira contra la rectora, Pilar Aranda, por considerar que debería haber prohibido la conferencia de la ex de Vox. “¡Qué fachas son algunos progres!”, decía a modo de conclusión el catedrático de la UGR Juan Ramón Medina Precioso en la tribuna del pasado martes. Se trata de una lectura necesaria para entender cierto “delirio antidemocrático” actual y preocupante que se fragua en las propias sedes universitarias y que alienta otra clase de extremismos. Recordaba Andrés Cárdenas en su columna que estas cosas le han pasado a otros políticos durante décadas pasadas y por eso piensa que los altercados por la visita de Olona eran más que previsibles. Que los organizadores se debieron "oler la tostá". Pero, añado yo, eso no hubiera justificado una censura preventiva/represiva por parte de la UGR.

Otra que no quiere dejar el asunto correr es la propia Macarena, que según ha podido saber este medio, tiene previsto poner una denuncia por delito de odio en los juzgados de Granada. ¿Veremos pronto su foto frente a la fachada de Caleta? Entretanto, su futuro político parece cerrarse en Vox y quizás dependa mucho de la vecina Italia y del resultado de Giorgia Meloni.  

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