Lapidario

Lo del 'terror' era metafórico

Denuncias por beber en la calle, por orinar, por tenencia de sustancias psicotrópicas, lanzamiento de huevos a tres líneas de bus urbano en la capital, incautación de 700 unidades de este alimento, ruido en pisos, quema de contenedores... Es la triste resaca de la noche de Halloween en Granada. Una celebración importada de Estados Unidos que parece que muchos aún no han entendido que es festiva. Para esos, sólo un recordatorio: lo de 'noche del terror' iba en broma. Una metáfora, un juego de palabras o un recurso expresivo; como se quiera. Pero nunca una llamada real a convertir la vía y el espacio público en un lugar intransitable. La centralita de la Policía Local de Granada echaba humo la madrugada del jueves al viernes mientras los incívicos se creían con todo el derecho del mundo a tomar la calle. Lo más preocupante es que algunos de ellos no superaban los 13 años de edad. Un dato que nos lleva también a lanzar una reflexión colectiva. Los niños tienen que divertirse, pero agradecerán de adultos haber sido educados en el respeto y la tolerancia. Son actitudes absolutamente compatibles.

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