La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

La testiculina

La testiculina del barrio indepe ha visto la oportunidad de venirse arriba tras la lectura pública de la sentencia

Amenudo surgen en España brotes verdes de testiculina con los que algunos líderes y sus respectivas huestes dejan buena cuenta de algo cada vez más elocuente: que la política española de hoy se nutre con impulsos ideológicos y refuerzos populistas más que con la serena reflexión pragmática que la haga responsable y decente.

Se ha incrementado la cosecha porque el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, ha dictado una sentencia en la que, simplemente, protege la inmunidad parlamentaria de un candidato electo en prisión provisional, y aclara para el futuro cómo debe ser de fácil ese trámite de toma de posesión de un diputado encarcelado por sedicioso, malversador de fondos públicos y prevaricador. La testiculina del barrio indepe ha visto la oportunidad de venirse arriba tras la lectura pública de la sentencia, y se ha subido a la parra de la demagogia, la falacia y el despiporre jurídico. Sin leerse siquiera la sentencia, que eso es lo grave, han confundido inmunidad parlamentaria con impunidad penal y han comenzado, otra vez, con el pataleo de su flamencas formas en el tablao de su casino separatista.

La manivela de la ventilación ideológica independentista, de nuevo, a todo lo que da. La testiculina de Puigdemont ha subido el hervor a tal nivel que le llevó a declarar, con repelente gracia y sorna de botifler revenido: "las leyes hay que cumplirlas". Él solito lo dijo, fugado mío de cobardes vísceras y traidoras rutas, que no cumplió ni una sola de las órdenes del TC cuando su DUI. Y él mismo, testiculizado nivel XXL, como nunca antes se viera, así se quedó, tan ancho, tras ser beneficiado, paradojas de la vida, por un Junqueras que prefirió ser juzgado a ser un fugado.

No ha sido menor la testiculina de enfrente, tan irreflexiva como oportunista, desparramada de un falso patriotismo sólo fijado en la bandera, pelo en pecho y camisa abierta hasta el penúltimo botón antes de llegar a la cintura, que proclaman el Spexit como venganza por esa "afrenta" del TSJUE. Que Europa es un bluff, dicen, sin caer en la cuenta de que llevan años sin usar el pasaporte para deambular por ella, ir al médico aunque el dolor les pille en Frankfurt o circular por trenes y autovías de última generación gracias a esa ayuda que ahora denostan. ¿La amenaza de restitución del roaming será lo único que les hará dudar?

Hacen falta líderes serenos y auténticos. Sobra testiculina, populismo y mentira. No desespero en hallarla pronto.

¡Feliz Nochebuena!

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