La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La tierra "se bambolea"

Las malas políticas cortoplacistas comprometen el futuro inmediato y el remoto

Los científicos se carcajeaban cuando el relato bíblico decía, en su lenguaje poético, que la Tierra y el Universo fueron creados (tradúzcase: tuvieron un inicio) y perecerán apocalípticamente (tradúzcase: tendrán un final). La teoría del Big Bang pareció dar la razón a lo que en la Biblia -hay que insistir que de forma mítico poética- se intuía. Ahora hay científicos que proponen un nuevo modelo: el Universo no tiene principio. Quién sabe. Los profanos nos perdemos en estas cuestiones por mucho que nos las simplifiquen. Sólo oír hablar de miles de millones de años nos da vértigo.

Lo cierto es que esa partecita minúscula del Universo que más nos interesa, la Tierra y la vida en ella, tuvo un principio y tendrá un final. Preocupante. Desasosegante. Aunque tarde millones de años. La imagen de la desaparición de la vida humana -tanto de la consciencia (capacidad para reconocer y percibir la realidad, relacionarse con ella, reconocerse dentro de ella y reflexionar sobre ella) como de la conciencia (desarrollo de la moral y la ética)- y cuanto se ha creado y pensado es aterradora.

Por eso es tan sorprendente que nos empeñemos en acelerar ese fin o en hacer más duras nuestras condiciones de vida. Lo pensaba al leer esta noticia: un iceberg del tamaño de Manhattan se desprendió el pasado agosto del glaciar de Helheim en Groenlandia, lo que, según la NASA, incide en la inestabilidad de la rotación de la Tierra sobre su propio eje a causa de "una sobrecarga lateral" que es consecuencia del aumento del deshielo de los polos. La necesaria simplificación informativa tituló: la Tierra "se bambolea" debido al cambio climático.

No hace mucho les proponía esta reflexión de Daniel Inerarity: "Gobernar bien es imposible si la política no explora el horizonte y continúa cerrando sus ojos a los problemas incipientes… Sabemos que habrá crisis en relación con el cambio climático, el capitalismo financiero, las migraciones, el abastecimiento de energía, el envejecimiento de la población, las guerras… Un déficit claro de la política es la cortedad de miras de sus programas, el tratamiento de los síntomas en vez de la lucha contra las causas, su dependencia de los electores actuales a costa de las generaciones futuras". No se está haciendo. Y lo pagaremos caro. Nosotros, porque muchas de estas crisis nos afectan y afectarán a nuestros hijos, y la Humanidad futura.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios