La Navidad dura dos semanas. O eso dice el calendario. Pero la realidad desde hace mucho, muchísimo tiempo, es que dura más de un mes. Desde que se encienden las luces, a veces ya hasta en noviembre, hasta incluso días después de los Reyes. Se hace largo porque se vive frenéticamente. Todos se echan a la calle en busca de vivir el ambiente y buscar regalos... Que casi siempre se compran el mismo 5 de enero...
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