La Rayuela

Lola Quero

lolaquero@granadahoy.com

De torrijas, motosierras o vacas, hoy da igual

Los que aspiran a hundir el sistema político menos imperfecto no están en desiertos remotos ni en montañas lejanas

Las urnas esperan. En esas cajas de metacrilato que al final de la jornada estarán cuajadas de sobres reside la magia de la democracia, la del reparto de poder tal y como lo hemos querido nosotros, los ciudadanos de esta tierra mayores de 18 años. Quizás todo esto suene muy manido, pero no hay que olvidar que en cada votación se incorporan a este sistema muchos nuevos electores que pueden caer en la tentación de no conceder el valor ni el interés debido a ese derecho que les viene dado, el del sufragio universal directo, un logro impensable durante siglos de historia en este país.

También habrá quienes en el pasado vivieron estas jornadas electorales con verdadera emoción y convencimiento de lo que tenían entre manos, pero ahora han caído en el desencanto y el aburrimiento. Quién podría reprochárselo. El desprestigio de la política y el alejamiento de las verdades terrenales que muestran sus actores en el día a día no ayudan a mantener la democracia enlucida. Pero ése, el del aburrimiento, el desapego y la frustración, es justo el punto en el que nos quieren quienes aspiran a deteriorar y hundir el sistema menos imperfecto de representación política que ha probado hasta ahora el ser humano. Y ésos no están sólo en desiertos remotos y en montañas lejanas. También están entre nosotros. Y en Twitter y en Whatsapp.

Así que vota, por favor. Sea como sea, vota -hoy me van a permitir que les tutee-. Si piensas que Andalucía necesita estabilidad, vota; si lo que le hace falta es un revolcón, vota también. Si después de esta campaña electoral, en plena ola de calor, crees que Juanma Moreno necesita las manos libres para gobernar, vota; si piensas que será un "hombre feliz" con Olona al lado, vota; si ves que al presidente se le ha puesto cara de Susana Díaz, vota sin dudarlo. Si ha llegado la hora del regreso socialista, vota; si crees en las recetas de Sánchez para esta Comunidad, vota; si eres de los que piensa que el centro político no puede perder otro partido propio, vota. Si quieres que los seis integrantes de Por Andalucía pasen de la primera cita, vota; si necesitamos un nacionalismo andaluz, vota también, por favor.

Si tu alma es azul, roja, naranja, verde, morada o está cubierta de un blanco amargo; de campo o de ciudad; de mar o de secano; de carne o de pescado… En cualquier caso, vota.

Si eres de entrar con motosierra en chiringuitos, de hacer torrijas con manzanilla de Sanlúcar, si te has comprado ya las camisetas de Teresa Rodríguez, o si las vacas te hablan al oído, hoy da igual, vota. Porque hoy tu papeleta tiene el mismo valor que todas. Mañana será otro día.

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