Hay gustos como colores. Dicen. Y hay quien recela de ciertas tradiciones. Pero es raro, raro, raro que a alguien no le guste una fiesta como la del Día de la Cruz. Ha podido tener sus borrones históricos, como los macrobotellones históricos que nos dejaban ante el resto del país como una ciudad de desfase y ... ponga usted el adjetivo. Ayer solamente hubo conatos bien frenados y ya previamente se había previsto que con la excusa de la Noche en Blanco no hubiera barras en la calle para evitar otro pésimo espectáculo en las calles. Pero, hay que reconocer que la primavera es hermosa en Granada y que las Cruces son una fiesta maravillosa que saca lo mejor de la ciudad y de sus tradiciones. Habas ricas de la Vega, salaíllas y mucho baile para celebrar el buen tiempo y que la vida es una fiesta. Hoy sigue la fiesta con la Noche en Blanco, una 'tradición' de pocos años y que habrá, como todo, quien la disfrute más y quien prefiera ponerse un disco o una película en casa y degustar su propia cultura. Pero seguro que muchos bares y negocios agradecen este tipo de iniciativas y que se estire el buen momento.

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