Mañana viene el ministro a inaugurar un tren en pruebas. Por primera vez desde abril de 2015 va a circular el ferrocarril por la vía que une Granada con Antequera, pero que nadie se deje engañar: nos quedan todavía meses de desconexión ya que la vía aún no puede ser utilizada por el AVE. Solo cuando la obra haya terminado empezará la verdadera fase de pruebas, quizás de nuevo con el ministro y su ejército de políticos montados en los vagones que el resto de mortales no podremos utilizar hasta mucho tiempo después.

En estos 970 días -que serán 1.000 en Nochebuena-, el ministro que nos visita ha negado a Granada la conexión por ferrocarril con el resto de España a pesar de que la vía de Moreda podría ser utilizada como lo ha sido desde que fue inaugurada en 1904. Mientras tanto, una empresa ha recibido 200.000 euros mensuales por hacer viajes desde Granada a Antequera, aunque los autobuses estuvieran vacíos.

Por si este maltrato a Granada no fuera suficiente, apunten esto: que circule un tren el viernes por la línea de Antequera significa que las vías podrían ser utilizadas por trenes convencionales, ya sean los de Sevilla o los Altaria que nos conectan con el resto del país. Sin embargo, el ministro del PP, que tanto presume de apostar por la unidad territorial de España, mantiene desconectada una parte del país al olvidar su promesa de que, una vez terminada la obra, restablecería el servicio de ferrocarril que anteriormente circulaba por esta vía.

Todo indica que el Ministerio pretende limitar al máximo los trenes convencionales una vez inaugurado el AVE, al igual que ha ocurrido en otras ciudades españolas. Aunque los Altaria alcanzarán velocidades altas en la nueva vía, tardarán unos 45 minutos más en llegar a Madrid, pero también costarán bastante menos que un viaje en AVE. Así que de mantenerse con unas frecuencias suficientes serían una opción muy popular para la mayoría de quienes viajemos al norte pero no seamos ejecutivos de grandes empresas.

Si después de tener la ciudad desconectada casi tres años sin ni siquiera haber aprovechado este tiempo para soterrar las vías, nos encontramos con que además los trenes que podíamos pagar han desaparecido, quedará claro que de las vías construidas con nuestro dinero básicamente podremos esperar beneficios indirectos que suelen repartirse de manera muy desigual. Por eso en Granada para Reyes vamos a pedir trenes, de los muy rápidos y de los que corriendo un poquito menos pueden ser utilizados por la mayoría y no solo por quienes viven como monarcas.