El tren que no llega

Una ciudad como la nuestra no puede seguir con el deficitario servicio ferroviario que arrastramos

Está Granada, por fin, saliendo de la tristeza y el miedo que la crisis del Covid han traído aparejadas. Es un arranque leve y quizá más lleno de deseo que de realidades económicas, pero es innegable que el ánimo está cambiando.

Las calles están llenas de personas paseando, disfrutando de terrazas y de monumentos o museos, las tiendas empiezan a tener clientes casi a todas horas. Todo el mundo respetando normas de seguridad, eso sí.

No hay duda de que el control sanitario de la pandemia ha permitido que nuestra primera fuente de ingresos, el turismo, retorne a nuestra ciudad. También está claro que hay otros factores que ayudan, además del esperado final de la pandemia: la llegada de un nuevo equipo de gobierno al Ayuntamiento y la colaboración de todas las instituciones en un trabajo común.

En una situación de crisis como la que padece Granada, todos los esfuerzos son pocos.

Está bien que se reformen las ordenanzas fiscales para hacerlas más ajustadas a las necesidades ciudadanas. Está bien que se consigan más vuelos internacionales que traigan visitantes a la ciudad. Pero falta, faltan cosas.

Una ciudad como la nuestra no puede seguir con el deficitario servicio ferroviario que arrastramos desde hace ya demasiados años y al que no se le ven perspectivas de mejora. Los presupuestos generales del estado vuelven a dejarnos con las migajas en inversiones. Ahora mismo, hay problemas para el enlace del AVE de Granada con el de Málaga en Antequera. ¿Qué más puede ir a peor en lo que a trenes se refiere?

En los medios de comunicación vemos que, desde junio, Madrid y Barcelona cuentan con 40 opciones para viajar en tren entre ambas ciudades, desde 7 euros el trayecto. Y no es que esté mal que esas dos ciudades cuenten con ese maravilloso servicio. Pero ¿qué queda para la gente del sur? ¿No tenemos opción a contar con dos o tres servicios ferroviarios, rápidos y de calidad, que unan nuestra ciudad con Madrid, con Barcelona, con Valencia?

Desde septiembre, cuando Paco Cuenca convocó la Mesa por el Tren, tras años paralizada, ya quedó claro: la ciudad peleará con todas sus fuerzas para lograr un servicio de trenes como se merece.

En ese empeño está el Ayuntamiento y la Diputación como aliada, son necesarias todas las instituciones, todos los colectivos ciudadanos.

En Murcia consiguieron soterrar las vías a su paso por la ciudad. Que no vaya a ser verdad eso que a veces se oye: tenemos lo que nos merecemos.

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