Finalmente las negociaciones para la recuperación de la primera conexión aérea de la mañana entre Granada y Madrid han llegado a buen puerto (o, mejor dicho, a buen aeropuerto). Una victoria de todos por cuanto supone que la capital de la provincia siga estando más cerca no sólo de la de España, sino también del resto del mundo. Tener vuelo directo con Madrid cuando los primeros rayos del sol asoman por el horizonte permite la permeabilidad de esta combinación con otros destinos importantes del planeta presentes en las terminales de Barajas. Toca felicitar a la Diputación y al Ayuntamiento por la habilidad a la hora de gestionar las vicisitudes surgidas tras el enrocamiento de Iberia. El ente provincial ha desplegado su batería de recursos, incluso cuando la compañía dependiente de IAG exigía una compensación económica por mantener el enlace entre ambas ciudades. La respuesta fue un "no" rotundo. Y la alternativa, abrir la posibilidad de promocionar Granada en plazas que puedan interesar tanto al Patronato de Turismo como a Iberia. Aun así, lamentablemente, quedan aún muchos retos pendientes a nivel de infraestructuras. Hay que seguir trabajando.

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