Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Los trofeos de Ayuso

Añade a su victoria madrileña un Sánchez mutilado, un Iglesias huido y un Cs desaparecido

Hablaba la semana pasada del enorme error y peligro de trasladar el viejo 'guerracivilismo' de los años 30 a la España de hoy con motivo de las elecciones autonómicas de Madrid. La táctica ha fracasado estrepitosamente, porque los votantes del pasado día 4 -con la más alta participación, cercana al 80%- se consideraban simplemente ciudadanos, no 'fascistas' o 'comunistas' por votar a unas u otras opciones. Hasta un hombre culto y pacífico como Gabilondo tuvo que esgrimir el eslogan que le transmitía Moncloa, 'fascismo o democracia', tan querido por Iglesias. El error tenía el visto bueno de Sánchez y sus asesores y hasta en la campaña participó activamente el presidente ninguneando a su propio candidato y hasta diciendo lo contrario, por lo que es considerado causante principal de la debacle socialista, superado en número de votos e igualdad de escaños por Más Madrid.

El error de Sánchez comenzó al estimular a Arrimadas a presentar, en plena pandemia, la moción de censura de Murcia, inicio del tsunami político desencadenado. Así que mientras presidente y el entonces vicepresidente del Gobierno descendían a polemizar con Díaz Ayuso, confiados en su bisoñez política, su débil discurso populista de derechas y las supuestas carencias intelectuales -Tezanos la calificó despectivamente como candidata que votarían sólo los 'tabernarios'- , resulta que movilizó a la mayoría de los ciudadanos que le han dado un triunfo histórico, incluyendo las zonas tradicionales de izquierdas. Isabel puede esgrimir los inmediatos trofeos, además de la obtención de los 65 escaños, al borde de la mayoría absoluta, entre ellos tres valiosas piezas en la batalla madrileña: un Sánchez, gravemente mutilado políticamente, un Iglesias huido cobardemente, dejando a sus votantes sin faro y a Ciudadanos desaparecido en la comunidad y veremos si en el resto del país. Precisamente es curioso señalar que dos personas que aparecieron como renovadores de la política, en el centro y a la izquierda, como Rivera e Iglesias, hayan desaparecido de la escena, por errores propios. Iglesias ha reconocido, momentos antes de huir despavorido, que era más un lastre que una suma para la izquierda. Sus disparates ya no lo aceptaban ni sus correligionarios, con tantas purgas internas y desvíos. Su vuelta a programas televisivos, de los que salió, le permitirá, como un tertuliano más, decir las barbaridades que se les ocurra.

Los resultados de la batalla de Madrid no son extrapolables, pero derecha e izquierda deberían ser respetuosas con los ciudadanos y abordar los problemas que les preocupan, lejos de engaños, incitar odios, divisiones y no tomarlos por 'tontos útiles', como se decía en la dictadura, ni 'gilipollas', como los ha calificado Monedero.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios