SEGÚN los resultados de la encuesta de rigor del CIS sobre el inútil debate sobre el "estado de la nación" -que no es otra cosa que una mala copia del invento norteamericano- Zapatero ganó por KO: 37,6 % frente al 14,4 % de Rajoy. Es curioso observar que una de las críticas más repetidas de un partido y otro (aquí ya sólo hay dos, por lo visto) es que ZP y/o Mariano se han quedado "solos", cuando la realidad que todos sabemos es que son Las Cortes Generales las que se están quedando solas.

Políticamente, ha sido una semana bastante rara; aun más que lo normal en el país del surrealismo por excelencia. Hasta el dichoso, e insisto, innecesario debate quedó medianamente transcendente ante la exagerada reacción ante los abucheos y silbidos de algunos seguidores del Barça y del Athletic cuando sonó el himno nacional al entrar el Rey en el Mestalla. Lo raro hubiera sido que todos se quedaran guardando un respetuoso silencio después de tantos años fomentando el nacionalismo regional, autonómico, o como quieran que lo llame, al amparo de una Constitución necesitada de una urgente cirugía estética.

Luego los dibujitos del aparato reproductor femenino. No creo que ningún periódico ni ninguna televisión se hayan ahorrado la clase de anatomía, que siempre es bueno divulgar y recordar conocimientos científicos. Gracias a la ministra Jiménez y la ministra Aído todos hemos crecido en perspectivas social y médica con las medidas que han anunciado con la píldora de nombre apocalíptico -la del "día después" ¡como si un coito fuera una bomba atómica!... que a veces, lo es pero en sentido positivo- y que nos pone al mismo nivel de prestaciones de este tipo que el Reino Unido y Alemania, que algo habrán pensado también antes de aprobar las medidas.

Como no podía ser de otra manera, las reacciones han sido numerosas y de procedencia más que predecible. Mas la tardanza del Arzobispo de Granada, el monseñor Javier Martínez, en comentar la píldora de la discordia me tenía confuso, hasta melancólico, pero la espera ha merecido la pena. Resulta que para el recién elegido Presidente de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe -heredera directa de la Santa Inquisición (hecho fácilmente comprobable)- las medidas sobre el medicamento constituyen un "crimen contra la humanidad" y, hablando de, digamos, sexo, para el prelado granadino el preservativo "ha aumentado el Sida en África".

ZP está solo, Mariano está solo, existe el antiespañolismo en Euskadi y Cataluña, tubos de Falopio por un tubo, Javier Martínez es retrógrado. ¿El mensaje de todo esto? ¡Salvad los chiringuitos!