Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

Las twiterías de Cuenca

Se muestra incapaz de tomar una decisión que alivie la sangría vecinal y frene la agonía de algunas concesionarias

El Ayuntamiento, destinado a resolver problemas, constituye un problema capital, una fuente inagotable de gasto. Lo intuí cuando, a principios de los 90, mientras inauguraba los proyectos que heredó de Antonio Jara, Jesús Quero vendió a un grupo de periodistas ingenuos que lo que tocaba era la "micropolítica", que la ciudad funcionase, que los semáforos cambiasen del rojo al verde, que los buses partieran a tiempo, que la primavera llegará en marzo…. Antes y después del palabro, la pericia de nuestros representantes permitió que Granada privatizara la gestión de casi todos los servicios públicos con el pretexto de abaratar el costo: la recogida de basura, la distribución del agua, la administración del cementerio, el transporte colectivo... Con el PSOE o con el PP dedicados a la micropolítica, Granada se convirtió en una de las grandes damnificadas de los presupuestos autonómicos y nacionales y no cesó de crecer hacia abajo dentro de la Andalucía irreparable.

Mediada la primera década del nuevo siglo, Quero lanzó otra ocurrencia: el candidato socialista debería tener la edad justa para poder ser "hijo de José Torres". Esa consigna, la presunta corrupción urbanística, una carambola y su extensa colección de relaciones político-familiares convirtieron años después a Francisco Cuenca en alcalde. Tras más de un bienio en el poder no ha elaborado un presupuesto y ha permitido que el coste de los servicios siga disparándose. ¿Su solución? Aumentar impuestos, especialmente el referente a la vivienda, inconsciente, quizá, de que, en no pocas ocasiones, los propietarios han perdido el trabajo o han visto muy reducidos sus ingresos. Cuenca se ha convertido en el campeón del mañaneo ("Siempre mañana y nunca mañanamos"), en un señor de cara aniñada y con hiperactividad en las redes. El campeón del desparpajo saluda con un "Hola", un "Adiós", un "¿Qué tal te va?" o un "Dios te guarde" a todo aquel con quien se cruza. Y se empacha cada mañana de decir twiterías. Pero se muestra incapaz de tomar una decisión que alivie la sangría vecinal y frene la agonía de algunas concesionarias.

Una sentencia del TSJA obliga ahora al Ayuntamiento a doblar la indemnización a la Rober. Si crea jurisprudencia, la ciudad pagará ocho millones extra, dos por cada año desde la instauración del LAC. Cuenca habrá de dejar que el problema se pudra o, como propone el concejal Puentedura, expresar a la empresa que, si no negocia, intentará pactar con los otros partidos la remunicipalización del servicio cuando cumpla el contrato en 2022. Puede ajustarse el fular y consultar a Quero. ¡O echarle un par de twiter!

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