La placa que recordaba a los 2.400 víctimas de la represión franquista que fueron fusiladas en los muros del cementerio era pequeña y se encontraba en uno de los muros del camposanto. Muchos de los que acuden al cementerio quizás ni supieran que existía, pero otro tantos sí que conocían su existencia y para ellos era importante ese pequeño cartel que recordaba a su padre, a su hermano o a un amigo que hace 73 años luchó por la libertad. El Ayuntamiento ha vuelto a retirar la insignia que los homenajeaba alegando que "está prohibido instalar este tipo de carteles" y poniendo en duda la existencia de dichos fusilamientos en esa zona. Algo que ha indignado a la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, que ya ha anunciado que volverá a poner la placa y que estudia las medidas legales pertinentes para resolver el asunto. Si tanto daño hace al Consistorio una pequeña placa, que reflexione del sentimiento que puede generar el monolito de Primo de Rivera en el centro de Granada. Quizás así entienda algo.

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