La imagen de las bicicletas amarillas destrozadas en cualquier parte de la ciudad ha sido la comidilla de los últimos en Granada. Actos vandálicos inimaginables como esta bici tirada al Río Darro, dejando una imagen turística lamentable, y aún peor de civilización. Lo más triste es que se ha normalizado la estampa y ya no parece nada extraño ver este tipo de tropelías.
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