España ha tropezado dos veces en la misma piedra con el coronavirus. No estamos completamente confinados como en marzo, pero todo el mundo piensa que pasará. O que incluso va a pasar para poder 'salvar la Navidad'. Lo cierto es que este país ha fracasado no una, sino dos veces. Se le echa en cara a la clase política, pero también es para que se lo hagan mirar empresarios y ciudadanos de a pie. El quid de la cuestión está en que todos hemos visto y tenido alguna vez una actitud que podría ser calificada de negligente, siempre en la situación de pandemia en la que vivimos desde hace más de medio año. Así que, admitiendo todos que si nos quejamos de una actitud, también nosotros mismos tenemos por lo que callar, y centrando sólo en la política, hay que ver cómo han cambiado las caretas en función del grado de responsabilidad para tomar decisiones. Muchas comunidades reclamaron para sí el final del estado de alarma para gobernar ellos su libertad, pero cuando las cosas se han puesto feas, hasta los más díscolos, han pedido que 'papi Estado' les acoja. Dos veces, misma piedra.