El gerente del SAS ha estado en el cargo lo que duran dos peces de hielo en un 'güisqui on the rocks'. Moreno Verdugo ha sido decapitado a las primeras de cambio por el consejero Jesús Aguirre, a quien no le ha temblado la mano ante la oleada de protestas y la movilización de los sindicatos. En el mundo del fútbol, cuando cae un entrenador, se suele decir que es el eslabón más débil, y que suele ser una cortina de humo antes de que las protestas giren hacia el palco. Así que Verdugo, que venía con la etiqueta de ser el ejecutor de los recortes en la sanidad de Castilla y León, es la primera víctima de la segunda crisis sanitaria de la comunidad, toda vez que el anunciado plan de choque contra las listas de espera, el gran eslogan del gobierno del cambio, parece que no ha sido el éxito que cabría esperar. En Granada se siguen pagando los platos rotos de la desfusión y no faltan las voces que incluso hablan de que quizás la Junta pudo dar su brazo a torcer demasiado pronto y que pudo ser un error. En todo caso, la falta de liquidez es el problema último de la sanidad.

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