Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Qué vergüenza

Esto pasa en Granada no por mala suerte, sino por votar a quienes nunca han trabajado para Granada

Tras salir a la luz las conversaciones entre miembros del gobierno local de PP y Cs, sobre el famoso 2 + 2 o el 4.0, si tuvieran algo de dignidad, dimitirían en bloque y darían paso a otra forma de hacer política, que no busca el beneficio propio, sino el de todos los granadinos, pero es evidente que no la tienen.

Esto pasa en Granada no por mala suerte, sino por votar a quienes nunca han trabajado para Granada, que llevan viviendo de la política desde hace décadas, y de los que sólo podemos esperar el primero ellos y después, si quedan migajas, Granada y los granadinos, porque delante de la ciudad y de los ciudadanos que los votaron, están ellos, sus sillones y sus jefes de Madrid y Sevilla, que son los que deciden sobre nuestra tierra y nuestros ciudadanos, aunque no tengan ni pajolera idea de nuestros problemas y demandas.

Qué vergüenza haber llegado a esta situación, y encima tenemos que aguantar que digan cínicamente que están "trabajando para buscar la mejor solución para la ciudad", será buscando la mejor solución para ellos, sin que le importemos lo más mínimo ni Granada ni los granadinos.

Pero la culpa es sólo nuestra, y no es fatalismo ni pesimismo ganivetiano, por votar a estos personajes que llevan años y años vendiéndonos que salvarán a Granada, cuando lo único que salvan son sus sillones y sus sueldos.

La sociedad civil granadina no puede esperar más. Tiene que pasar ya a la acción inmediata, rebelarse contra este agravio continuo a nuestros intereses y a los de nuestra tierra.

Estos politicastros, que han contribuido al hundimiento de Granada, deben pasar al ostracismo y ser castigados en las urnas por su falta de ética pública y por su ausencia total de servicio a la comunidad, a lo público, que es para lo que fueron elegidos, y no para servirse de lo público, que es a lo que se dedican.

Esta caterva de personajes nocivos para Granada debe desaparecer cuanto antes de nuestro imaginario político, para dar paso a una política más ética, más digna y de servicio real a Granada y los granadinos.

Que Granada salga de Andalucía es urgente, por su postergación sistemática y premeditada, y también porque Sevilla decide nuestros fatídicos regidores y ahora además decidirá cuáles de sus nefastos peones nos gobernarán los 2 próximos años tras este escándalo mayúsculo.

La única salida ante este anárquico desgobierno es el Granadexit. Cuando Granada sea autónoma, su peso político será otro, y sus regidores también serán otros y con otra ética, surgidos de la sociedad civil granadina. La situación de Granada es ya insostenible. Qué vergüenza.

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