La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

El veto

Que el PSOE gobierne Navarra con el apoyo de Bildu demuestra lo perdida que tiene Pedro la brújula de la decencia

Nos está quedando una democracia mejorable. El caso es vivir en tensión para no dejar de ser, así, auténticos españoles, sin perder una pizca de nuestro secular ADN. Menos mal que Nadal, Márquez, el 'Graná' y la selección de baloncesto nos ayudan a sobrellevarlo con alegrías deportivas.

En el entorno de los partidos políticos figuran hoy elementos suficientes como para renegar de los mismos. Y dentro de ellos, en eso que llaman órganos ejecutivos donde uno dispone y los demás asienten, siguen optando por una ruta ideológica que empeore la convivencia entre españoles. Y así nos queda el muestrario, muy reconocible para quienes estudian hispanismo, viendo cómo el paso de los siglos confirma nuestra tendencia al caos como opción de progreso.

No es por ver a unos 'indepes' haciendo una ofrenda floral a un bolardo que fue víctima de un atropello tras un registro judicial. Ni a unos cuantos románticos leninistas andaluces gritando "libertad presos políticos catalanes" mientras roban género de un supermercado. Tampoco porque haya disposición a generar estrategias maquiavélicas en interés político particular, ni autoridades en funciones dispuestas a usurpar su función y convertir lo de todos en un instrumento cautivo de generar réditos electorales para su partido.

A la democracia española le ha surgido un chamán llamado Iván Redondo al que Pedro Sánchez usa en torno a la hoguera donde surgen sus vanidades, para verter con mentiras y desparpajo sublime, la pócima de la discordia suficiente con la que poder reconstruir su poder, coserlo a su débil mochila progresista y verter culpas ajenas que exoneren electoralmente la sempiterna falta de eficacia del socialismo.

Añadamos ahora ese vergonzante intento de veto que impulsan los bien mandados de ETA contra PP, Cs y Vox, pidiendo en el Parlamento que se les impida hacer campaña en el País Vasco. Tan fascista como suena. Que allí no vayan, exigen, que tensionan la convivencia, se justifican. Ellos no vinieron a Sevilla a tensionar sino a asesinar a Alberto y Ascen. También a Granada, con sus bombas y sus pistolas, a descerrajar unos tiros a Luis Portero y a Domingo Puente. Como fueron a Málaga a intentar romper nuestra paz matando al concejal Martín Carpena.

Qué curioso que en Bildu, tras este intento de veto, sigan llamándose demócratas. Y que el PSOE de Sánchez los blanquee gobernando con su apoyo en Navarra, no es más que una demostración de lo perdida que tiene Pedro la brújula de la decencia.

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