EL número de niños acogidos porque sus madres han sufrido violencia machista ha crecido un 13%. Los menores son en estos casos las otras víctimas, doblemente víctimas porque sufren los episodios violentos de sus padres a sus madres y después sufren tristeza, abandono, desengaño, separaciones... Hay que proteger a esos hijos, hay que sacarlos de la espiral de malos tratos en la que han vivido. El papel de las instituciones es fundamental en estos casos, para que no sientan que son culpables y para que vean que sus madres son capaces de salir, así saldrán ellos también.

EL único albergue social que había en la Costa ha cerrado por motivos económicos y no se sabe si podrá volver a abrir tras el verano. Las personas más desfavorecidas no pueden ser siempre las que paguen las consecuencias de la crisis y de las malas cuentas de algunos.