Antes de votar

Nos jugamos mucho porque hay partidos que no tienen empacho en usar estrategias tramposas para desmovilizar el voto

Es ya una frase tópica la de que todos los políticos son iguales. Pero, de la misma manera que el refranero miente con frecuencia, los tópicos son también verdades a medias y eso quiere decir que son medias mentiras. Y en estos tiempos inciertos de posverdad y fake news conviene tenerlo muy presente.

Todo esto viene a cuento, como no, de la campaña electoral. Porque, nos guste o no, la gestión de lo que es público, es decir, la política, es necesaria para que lo común siga funcionando y atendiendo de forma adecuada las necesidades de las personas. Y en ese "funcionado" en el cómo más que en el por qué es donde debemos fijarnos el día 10 a la hora de elegir el voto que echaremos en las urnas.

Cada partido tiene su programa electoral, su campaña mediática, sus redes sociales… pero, más allá de lo que se dice, conviene mirar muy bien lo que hacen esos partidos. Y no solo hay que mirar a Madrid, aunque estas elecciones sean generales. Mirar lejos y mirar cerca, para tener datos contrastados.

Nos jugamos mucho en estas elecciones porque hay partidos que no tienen empacho en usar estrategias tramposas para desmovilizar el voto, no el suyo claro: el voto de la izquierda, el que reclama honestidad y coherencia. Por contrastar, mientras que el PP elige Granada como una de las provincias para su campaña de redes falsas en Facebook, el PSOE de esta ciudad organiza seis foros de debate ciudadano (salud, educación, cultura, feminismo, políticas sociales, deporte) en los que contrastar con colectivos y ciudadanía su proyecto de país.

Nos jugamos mucho en estas elecciones porque la ultraderecha ha dejado de ser una amenaza para convertirse en una invitada más a la mesa. Y hace valer sus votos allí donde se le permite.

Nos jugamos mucho en estas elecciones porque, allí donde pactan los partidos de derechas, los derechos que creíamos consolidados empiezan a tambalearse y a perderse. Hablo de la privatización de la sanidad o la escuela, hablo del cierre de las ludotecas, hablo de la reducción de los servicios de atención a la violencia de género. Y los ejemplos los tenemos cerca: en la Junta de Andalucía o en el Ayuntamiento de Granada.

Hoy acaba la campaña electoral. Antes de votar es importante leer los programas, conocer los proyectos. Contrastar lo que se dice con lo que se hace es la mejor manera de tomar la decisión para dar nuestra confianza a aquel partido que realmente está comprometido con los derechos, con la igualdad, con la justicia social.

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