Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

No con mi voto

No sólo se elige izquierda o derecha para gobernar, sino a los socios que tal vez no todos desean

Muchos españolitos que mañana están convocados para elegir a sus representantes nacionales estarán pensando en qué va a convertirse su voto, teniendo en cuenta que, según las encuestas, ninguna formación tendrá mayoría absoluta y estará obligada a buscarse socios que, posiblemente, no todos los que han depositado su voto a una sigla concreta sería el compañero deseado. El fenómeno se produce a derecha e izquierda. Los partidos de centro derecha -PP y Ciudadanos- tendrán que recabar el apoyo de la derecha extrema, porque la moderación ni el liberalismo quizá no sumen, mientras que la izquierda -PSOE y su socio preferente, Podemos-, probablemente necesitará el apoyo de los nacionalistas vascos e independentistas catalanes, con sus exigencias de autodeterminación y referéndums. Al margen de otro posible pacto con Ciudadanos.

Quizá a los líderes principales de los partidos no les importe demasiado con quienes tienen que acostarse políticamente la noche de mañana, cuando se conozcan los resultados, en su obsesión legítima de mantener o alcanzar el poder. Sánchez ya la ha demostrado para alcanzar la cima, pero todos van en la misma dirección. Sin embargo los ciudadanos tienen derecho a conocer lo que va a hacerse con su voto, que es muy concreto. Es posible que no todos los que voten al centro derecha, más o menos moderado o liberal, le gustará llevar como compañero de viaje a Vox -pese haber terminado en Andalucía con 40 años de hegemonía socialista-, como supongo no le agradaran a los votantes de este partido, apoyar, sin condiciones, a los que los han despreciado en ocasiones y sus líderes los han calificado de 'derechita cobarde'. Tampoco creo que a los socialistas que creen firmemente en la igualdad entre pueblos y ciudadanos, no de los oportunistas, estén muy entusiasmados si tuvieran que someterse para gobernar a las exigencias del ultranacionalismo excluyente catalán, cuyo principal objetivo es separarse de la España que odia y desprecia. Más sincero ha sido Pablo Iglesias que nunca ha ocultado su idea de la 'plurinacionalidad' de España y los referéndums necesarios para confirmarla. La claridad es la base de la democracia.

En fin, hay un 40% de indecisos cuyas dudas tal vez no se han resuelto tras una campaña llena de insultos y descalificaciones, con escasas ofertas creíbles sobre los problemas que preocupan a los ciudadanos, como tampoco lo han hecho los decepcionantes debates televisivos, en los que no se ha vislumbrado un atisbo de consenso sobre los grandes asuntos nacionales que rebasan los criterios partidistas: Educación, sanidad, pensiones, etc. Es posible que mañana, junto con el entusiasmo general, haya algunos -o muchos- que piensen aquello legítimo, incluso en una democracia, de 'No con mi voto'.

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