Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Con voz propia

Es evidente que al actual alcalde de Granada poco importan las siglas, el caso es seguir preservando el sillón político

Ahora que se ha destapado el secreto a voces de que Luis Salvador prepara su salto al PP de cara a futuras elecciones, es hora de que los granadinos hagamos una seria reflexión sobre lo que nos espera a menos que la política de nuestro territorio de un giro radical que nos saque de la ominosa situación en la que nos encontramos.

PSOE, coqueteos con UPyD, Cs y ahora el PP. Es evidente que al actual alcalde de Granada poco importan las siglas de los partidos en los que ha militado o pueda militar, el caso es seguir preservando el sillón político, seguir en el candelero político.

Y el papelón del PP ante este grotesco panorama se presenta aún peor ¿Creen que sus votantes van a votar a alguien que ha militado en el PSOE durante décadas y que ha sido senador por dicho partido durante 8 años, partido que además ahora pacta con Bildu?

Muchos de ellos no, porque no darían buen ejemplo de la coherencia ideológica que el PP sí que exige al PSOE. Y ¿en qué anómalo lugar de toda esta historia quedarían los actuales cargos políticos del PP?

Con este asombroso culebrón que nos espera a nivel local, en el que no se sabe si incluso Salvador podría ser alcaldable por el PP en las próximas elecciones municipales, y además con el papelón que está haciendo el actual equipo local, es hora de que los granadinos nos merezcamos algo distinto que sume, pero no para que los políticos de siempre sigan apalancados en sus sillones de mando, sino para que este establishment local que nada aporta al futuro de nuestra tierra -y sí mucho al suyo propio- desaparezca definitivamente de la gestión de nuestros intereses.

Esta Granada postergada y ninguneada que llevamos padeciendo desde hace décadas es el desgraciado producto de los gobernantes funestos que han pasado por nuestra tierra, que sólo han construido su futuro mientras destruían el de Granada y los granadinos.

Por eso, aunque estos políticos nos hayan restado tanto, Granada debe mirar hacia adelante, hacia un futuro lejos de esa nefasta experiencia, y la forma de ubicar a nuestra tierra lo más lejos posible de ellos es optar por la senda de la gestión autónoma de nuestros propios intereses, en donde no tengan cabida los que sólo piensan en conservar sus sillones y para ello se arrodillan ante los dictados de sus partidos desde Sevilla y Madrid.

Es hora de que Granada tenga voz propia, una voz que se oiga en España y Andalucía, y que sume la de todos los que luchamos por el futuro autónomo de nuestra tierra. Será la voz del Granadexit, la voz de nuestro futuro.

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