Espaldarazo real al Parque Nacional de Doñana

Doñana es una cuestión de Estado y su correcta conservación un orgullo y una obligación para los andaluces

Los Reyes dieron ayer un importante espaldarazo al Parque Nacional de Doñana con su presencia en la inauguración del congreso que se celebra con motivo de su 50 aniversario y que aborda el futuro de este espacio natural. Aunque la supervivencia de Doñana está plenamente garantizada, la presencia de don Felipe y doña Letizia en dicho acto es importante en cuanto recalca una vez más que su conservación es una cuestión de Estado y no un mero capricho de grupos ecologistas o de diletantes amantes de la naturaleza. En unos momentos en los que ha reaparecido el fantasma de la carretera Huelva-Cádiz -una amenaza recurrente que no se termina de enterrar del todo-, todos los apoyos son pocos, y el del Rey, como no podía ser de otra manera, es fundamental. Una vez más, insistiremos en que Doñana no es sólo una reserva de flora y fauna (con ser esto ya mucho), sino también toda una fuente de identidad andaluza, un símbolo que debemos cuidar con esmero y del que debemos sentirnos orgullosos. Cualquier daño irreparable que sufriese Doñana sería una mancha imborrable en la imagen internacional de Andalucía y España, especialmente en el corazón del continente europeo, desde donde salieron las primeras iniciativas para la conservación del por entonces llamado Coto. No en vano, uno de los presentes en el acto fue Metchild Rössler, directora del Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco.

En este sentido, fueron especialmente atinadas las palabras que, antes de comenzar el acto, dijo el presidente del Consejo de Participación de Doñana, Miguel Delibes, quien destacó el hecho de "celebrar 50 años de un espacio protegido como no hay otro en Europa, el delta europeo mejor conservado es absolutamente positivo; el hermanamiento creciente de los gestores del parque con las poblaciones locales y el que esto se haya hecho al mismo tiempo que se ha mejorado el nivel de vida en la comarca es plenamente positivo". Estas palabras son importantes porque desde los medios solemos destacar los muchos conflictos que suelen rodean al Parque (riegos ilegales, caza furtiva, proliferación del turismo playero, proyectos de infraestructuras altamente dañinas...), pero sin embargo no hacemos hincapié en lo mucho que se ha hecho e invertido en estos cincuenta años, hasta el punto de que se ha consolidado un auténtico paraíso natural en una zona que, de otra manera, estaría explotada minuciosamente.

El Parque Nacional de Doñana es un orgullo para los andaluces y debe seguir siéndolo durante las próximas generaciones.

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