Política territorial, mucho más que Cataluña

Iceta debe darse cuenta de que la política territorial en España va mucho más allá de Cataluña, como ha quedado en evidencia durante esta crisis del coronavirus

Anadie se le escapa que la elección de Miquel Iceta como nuevo ministro de Política Territorial se ha debido, antes que nada, a las necesidades de Pedro Sánchez y del Partido Socialista de contar con un candidato con posibilidades de éxito en Cataluña. Sánchez necesitaba quitar a Iceta para colocar a Salvador Illa al frente de las listas electorales del PSC, pero a cambio ha tenido que compensarle con un ministerio. La política, muchas veces, tiene más que ver con estos cambalaches que con otras cuestiones. Esto no quiere decir que no consideremos al nuevo ministro de Política Territorial como una persona hábil y con experiencia. Iceta ha demostrado en más de una ocasión que es un parlamentario brillante y un hombre capaz de propiciar pactos y buen ambiente. Ahora bien, en su nombramiento se detecta también un excesivo peso de la cuestión catalana en la futura política territorial del Gobierno Sánchez. Es evidente que, hoy por hoy, arreglar el problema catalán es fundamental no sólo para el funcionamiento del mecanismo autonómico, sino también del país en general. Pero un ministro debe tener capacidad de actuar en más de un frente y, en esta pandemia, se ha puesto en evidencia que nuestro modelo autonómico necesita una revisión a fondo para que no se repita el estado de confusión en el que se ha visto sumido el país durante estos meses, en los que no se ha sabido -y sigue sin saberse- qué administración era la que debía de tomar las decisiones para frenar el coronavirus. Asimismo, en el plano territorial queda pendiente un asunto de suma importancia: la financiación de las autonomías. Cierto es que este asunto compete sobre todo al Ministerio de Hacienda, pero un departamento que lleva por nombre el de Política Territorial debería intervenir de alguna forma en un pacto entre autonomías que permita de una vez por toda sacar adelante un nuevo modelo de financiación territorial más justo y actualizado que el que ahora existe. Miquel Iceta, que se define a sí mismo como un hombre de diálogo y pacto, podría hacer mucho en esta dirección. Pero antes debe levantar la cabeza y ver que hay un país más allá de Cataluña.

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