Prevenir la próxima pandemia

El mundo necesita herramientas globales para evitar que una próxima pandemia (algo más que posible) vuelva a sorprender a la humanidad desprevenida

La práctica totalidad de los especialistas consideran que la pandemia de coronavirus no será una excepción, sino más bien el principio del regreso de las enfermedades infecciosas tras haberlas creído superadas. Cuestiones como la globalización, la rapidez de los transportes o la invasión de ecosistemas que hasta ahora apenas habían sido hollados por el hombre facilitarán los ataques de virus y bacterias que, en más de una ocasión, pondrán en un aprieto al conjunto de la humanidad, como el actual coronavirus. Por eso es importante que el conjunto de las naciones empiecen a generar herramientas que permitan una respuesta conjunta a este tipo de amenazas. Está bien que los distintos países se preparen en todos los frentes (legislativo, científico, sanitario...) para frenar lo antes posible futuras pandemias, pero de nada servirán estas iniciativas si cada uno intenta hacer la guerra por su cuenta. Los virus no entienden de fronteras. En este sentido, el Panel Independiente de Preparación y Respuesta a Pandemias, formado por expertos y personalidades que durante ocho meses examinaron los fallos que hubo en la gestión de la actual crisis del Covid por encargo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que el mundo necesita contar con un mecanismo fuerte de financiación que le permita afrontar futuras pandemias y que, en caso de emergencia, pueda desembolsar entre 50.000 y 100.000 millones de dólares a corto plazo. "Si no actuamos para cambiarlo ahora, no nos protegerá de la próxima amenaza pandémica que podría ocurrir en cualquier momento", asegura la copresidenta del Panel y ex primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark. Más claro, agua. Pese a la contracción y renacionalización del mundo provocada por la crisis económica y la pandemia, los grandes problemas del futuro de la humanidad siguen siendo globales. Los países, tanto los más ricos como los más pobres, no pueden ponerse una venda en los ojos y esperar que una pandemia nos vuelva a sorprender sin apenas mecanismos para atajarla. Como dice el viejo dicho, es mejor prevenir que curar. El próximo virus ya se puede estar incubando.

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