Una Selectividad a dos velocidades

Las pruebas están poniendo de manifiesto los desajustes que ha supuesto el adelanto parcial de los exámenes de septiembre a julio

La reforma del modelo de financiación autonómica, con el complejo problema territorial y la crisis catalana detrás, se ha situado ya como máxima prioridad para el Gobierno de Pedro Sánchez. Los agravios y desequilibrios que hay entre las distintas comunidades, donde Andalucía es una de las regiones más perjudicadas, evidencia la gravedad del problema y el desafío que supone para el nuevo Ejecutivo -le tocará directamente a la exconsejera María Jesús Montero- conseguir al menos un borrador con el que empezar a negociar. Pero no es sólo en financiación donde España camina a múltiples velocidades. Las transferencias en Educación han supuesto la aplicación de sistemas curriculares y de funcionamiento dispares -recordemos las críticas de "adoctrinamiento" y los intentos de "españolización de los alumnos catalanes" del exministro Wert- sin que a nivel nacional se haya sido capaz de alcanzar un consenso mínimo a nivel normativo. Se vivió en las calles con la polémica Lomce y se pone estos días de manifiesto en un espacio mucho más cotidiano como son los institutos y las universidades con motivo de la Selectividad. El panorama nacional es absolutamente caótico y el andaluz, también. El origen de todo se sitúa en Bolonia y en la necesidad de fijar un sistema homologable a nivel europeo que no perjudicara la movilidad y oportunidades de los estudiantes españoles. Con tal horizonte, hay universidades que han comprimido todo el calendario entre septiembre y julio -la mayoría de las andaluzas- mientras que otras mantienen las convocatorias extraordinarias después del verano -por ejemplo Sevilla-. En paralelo, los institutos sufren una dicotomía similar cuando tienen que preparar a los alumnos para las pruebas de acceso a la Universidad. Hay diez comunidades que ya han decidido suprimir la convocatoria de septiembre -adelantándola a julio- y otras como la andaluza que siguen el sistema antiguo. La confluencia de los dos calendarios está provocando disfunciones tanto para los docentes como para los alumnos. Los exámenes de la Selectividad comienzan hoy, el día 21 conocerán su nota de corte y podrán empezar a elegir carrera. Pero eso sólo será así para quienes hayan conseguido aprobarlo todo. Quienes vayan a septiembre se encontrarán con un mínimo de oportunidades de elección y habrá casos que hasta con las clases iniciadas. La consejera de Educación, Sonia Gaya, se desentendió ayer por completo del problema alegando que es un debate que no está sobre la mesa. Pues habría que abrirlo porque es perjudicial a nivel nacional y resulta totalmente inaudito dentro de una misma comunidad. Los cambios de gobierno, con la incorporación de su compañera Lina Gálvez al frente de Universidades, puede ser una buena oportunidad.

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