La UGR y el mapa universitario

Una cuestión clave a la hora de plantear desde la Administración determinadas cuestiones es la autonomía universitaria

En los últimos años, la Universidad de Granada ha tenido que asumir la adaptación de las titulaciones para encajar en el Espacio Europeo de Educación Superior, el conocido como Plan Bolonia. Lo hizo la UGR y el resto de universidades públicas andaluzas, que conforman un ecosistema sólido, con una oferta de grados y dobles grados que ha superado un exigente proceso verificación y que tuvieron que dar el salto desde las licenciaturas y las diplomaturas a los actuales grados. Fue un cambio notable, que obligó a reordenar las titulaciones universitarias que se ofertaban en Andalucía. La de Granada, que siempre ha tenido a gala ser una institución académica con vocación generalista -aunque en su origen, del que también presume, fue una universidad literaria- abarca todas las áreas y en todas ha mostrado solvencia académica e investigadora. Esta capacidad de acoger estudios de uno y otro ámbito, e incluso de crecer -como hizo tras la creación, hace 25 años, de las universidades de Almería y Jaén y lo que esto supuso para las titulaciones técnicas- ha consolidado su peso regional. Además, la UGR tampoco se ha puesto de lado cuando ha llegado el momento de crear, junto con otras entidades, títulos conjuntos, experiencia que, sobre todo, se ha dado en los posgrados. Esta capacidad de adaptarse al entorno -como se hizo con la creación de la universidades de Málaga, Almería y Jaén, después con el Plan Bolonia y ahora con los títulos e institutos interuniversitarios- hace que la de Granada pueda afrontar con tranquilidad la propuesta que ahora recupera el consejero de Economía de la Junta, Rogelio Velasco, de analizar el mapa de títulos universitarios. Su idea puede enlazarse con la necesidad de especialización por parte de las universidades, aunque Granada ha demostrado que puede ser generalista -apenas un 20% de sus grados se ofertan únicamente en la UGR- y exigir a su comunidad universitaria resultados en todos los ámbitos del conocimiento, desde las STEM a las Humanidades. Tejer alianzas entre las universidades supone un compromiso ya asumido por las instituciones públicas andaluzas, como demuestran los títulos interuniversitarios ya en marcha o la creación de entidades como la Asociación de Universidades Públicas de Andalucía. Otra cuestión a tener en cuenta a la hora de pedir determinadas medidas -que pueden pasar por la posibilidad de fusionar estudios que se impartan en varios centros- es la autonomía universitaria de estas instituciones. De éstas, además, se debe presuponer que son capaces de tener en cuenta el entorno -y sus necesidades- a la hora de fijar cuáles son sus líneas de crecimiento.

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