Volver a los problemas de los ciudadanos

Es hora de que los candidatos hablen menos de Cataluña y el franquismo, y más de pensiones, paro, sanidad y educación

Pese a la inminencia de las elecciones generales -o precisamente por eso-, el debate mediático y político español ha estado centrado en dos asuntos que, sin negar su importancia, poca incidencia tienen en la vida cotidiana de los ciudadanos de a pie. Nos referimos, claro está, a los disturbios en Cataluña tras la sentencia del Tribunal Supremo que condenaba con penas de cárcel a los dirigentes del procés, y a la exhumación de los restos de Francisco Franco. Nadie niega que son temas relevantes. En el primero nos jugamos la configuración futura de España, el modelo de Estado e, incluso, la soberanía nacional. El segundo es un coletazo más de la Guerra Civil y los 40 años de dictadura que le siguieron, un asunto que -a la vista está- todavía sigue generando pasiones encontradas en nuestro país más de cuatro décadas después de la muerte de Franco, dejando claro que las irresponsabilidades históricas -la Guerra Civil fue el producto de un importante cúmulo de ellas- pasan facturas que tardan generaciones en pagarse.

Sin embargo, como decíamos, se echa de menos en el debate político una mayor atención a esos problemas que afectan muy directamente a la calidad de vida de los españoles: las pensiones, el paro, la evolución de los precios, la sanidad, la educación y un largo etcétera. Cierto es que suelen ser asuntos más aburridos y menos mediáticos que el procés o el franquismo, pero son fundamentales en nuestro día a día. Más en unos momentos en los que las alarmas rojas del empeoramiento de la economía se están disparando. Así lo demuestran los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que han sido los peores desde 2012. Aunque en España sigue existiendo una cierta inercia de crecimiento, todos los analistas coinciden en que estamos entrando en una zona de turbulencias y la única duda es cómo de intensas van a ser éstas. El gran problema al que, muy probablemente, se tendrá que enfrentar el Gobierno que surja de las elecciones generales del 10 de noviembre será el de la desaceleración, como mínimo, de la economía española, con las consecuencias que esto tendrá en el empleo y la renta de unos ciudadanos que, en muchos casos, aún no se han recuperado del gran crack de 2008. En estos asuntos, por tanto, tienen que centrarse las propuestas y los debates de los candidatos a la Presidencia del Gobierno y no en otros que sólo sirven para crispar a la sociedad.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios