Un 'pacto exprés' que obvia la vía centrista

Sánchez tenía dos caminos a elegir: o el moderado o el populista. Por lo visto ayer, ha preferido el segundo

Una buena parte de los ciudadanos españoles no pudieron ayer más que mostrar su extrañeza por la rapidez con la que el actual presidente en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, comparecieron ante los medios de comunicación para anunciar un preacuerdo de Gobierno que aún no tiene asegurado los apoyos de un Parlamento altamente fragmentado. La pregunta que surgió fue inmediata: si el pacto estaba tan cocinado como para anunciarse menos de 48 después de que se cerrasen los colegios electorales el domingo, ¿por qué nos han obligado a ir a unas elecciones que en absoluto han mejorado la situación política del país? La respuesta es evidente: por los cálculos electorales de un Pedro Sánchez que ha actuado en esta cuestión con un llamativo oportunismo.

Con este pacto exprés queda claro que Pedro Sánchez no ha tenido ningún interés en llegar a algún tipo de acuerdo con las fuerzas más centradas en un arco parlamentario rebosante de escaños radicales a derecha e izquierda. Es cierto que era muy difícil llegar a un acuerdo con Ciudadanos o PP, pero también lo es que las circunstancias extraordinarias que vive España ayudaban a que dicho encuentro se produjese con una fórmula u otra. En cualquier caso, el presidente en funciones no lo ha intentado siquiera y ha preferido pactar de inmediato con un partido que representa a una izquierda populista que cuestiona elementos centrales de nuestro sistema, como la Monarquía, que defiende la celebración de un referéndum en Cataluña -algo claramente inconstitucional- o que llega a alabar públicamente el papel histórico de la banda terrorista ETA. Es pronto para comentar el programa de Gobierno, ya que por ahora es un cúmulo de vaguedades redactadas en un lenguaje izquierdista, pero no cuesta mucho imaginar cómo puede ser un Gobierno de España con Pablo Iglesias como vicepresidente y que además, muy probablemente, contará con el apoyo -por acción u omisión- del independentismo catalán, el mismo que ayer estaba bloqueando la frontera con Francia o que, una vez más, obviaba en el Parlament los avisos del Tribunal Constitucional.

Pedro Sánchez tenía dos caminos para elegir en su renovación del sillón presidencial: el centrista e inequívocamente constitucionalista o el populista. Por lo visto ayer, ha preferido escoger el segundo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios