Algunas comarcas de Andalucía se encuentran expuestas al riesgo del virus del Nilo y, por tanto, a la fiebre que provoca. Aunque los casos detectados en Coria y La Puebla, uno de cuyos vecinos se convirtió ayer en la primera víctima mortal, han sorprendido, lo cierto es que este virus está presente en aves de zonas de marismas desde hace años. El virus se mantiene gracias a una asociación entre las aves y el mosquito y, en ocasiones, salta a caballos y a humanos mediante la picadura. Sólo en uno de cada 150 casos de infección la picadura deriva en una meningoencefalitis, que es lo que ha sucedido en las dos poblaciones de Sevilla. Se trata de una enfermedad grave que necesita tratamiento especial en las UCI. Lo extraordinario de lo sucedido es el volumen de casos, casi una veintena. La Consejería de Sanidad informó de los sucedido con inmediatez, en el momento que se sintió alarmada por la acumulación de enfermos. Según han explicado los expertos, es posible que la inactividad social que provocó el confinamiento general de la población por la pandemia del Covid-19 haya dejado pequeñas masas de agua estancada en zonas cercanas a las casas o dentro de las mismas, como en las azoteas y los patios. Este factor, unido a unas lluvias más abundantes durante la primavera, ha provocado que, en efecto, en estas zonas haya más mosquitos que otros años. Hay que tener en cuenta que estos insectos no suelen volar más de cinco kilómetros, con lo que los focos se tienen que haber situado en las poblaciones o en los alrededores. Ante esta certeza, es necesario que los ayuntamientos con municipios en riesgo realicen fumigaciones en su momento, aunque es mejor la aplicación de larvicidas. Corresponde también a la Junta que, a raíz de estos casos, comunique a los municipios cuáles son las zonas de riesgo en la comunidad, que básicamente se encuentran en las provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva. No obstante, se han dado casos de infección en caballos en casi todo el territorio andaluz. La excepcionalidad de este año debe considerarse como el inicio de un nuevo riesgo al que atender.