Las verdaderas preocupaciones de los españoles

Apenas un 1,1% de los encuestadospor el CIS en el barómetro de octubre incluyen a la monarquía en el listado de los problemas que sufre el país ahora

El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), más allá de los siempre discutibles pronósticos de los sondeos electorales del organismo que dirige Félix Tezanos, refleja cuáles son las principales inquietudes de los españoles en estos momentos. Las respuestas, lógicamente, se hallan condicionadas por una realidad muy inestable, que marca la pandemia. Pero ya es la economía, por encima de la salud, la que ocupa el podio de los problemas. En primer lugar, y para casi un 40% de los consultados, el mayor motivo de preocupación es la crisis derivada del coronavirus. Aunque para más de la mitad de los que priorizan esa cuestión admiten que personalmente no se ven afectados en la actualidad por esa variable. Por detrás, con más del 38%, se haya el Covid-19 y la falta de recursos para hacerle frente. Después aparece el mal comportamiento general de los políticos, con más de un 20% de ciudadanos que citan esa evidencia. Pero también, con otros porcentajes elevados, se asoman a esa escalera de preocupaciones la falta de acuerdo entre las formaciones y la inestabilidad que generan. La monarquía aparece en los últimos lugares de las preocupaciones de los ciudadanos. Apenas un 1,1% de los encuestados la introducen en ese listado. La campaña sistemática contra esta institución, sobre la que pivota la Constitución de 1978 que hizo posible la democracia, promovida principalmente por Unidas Podemos y sus ministros en el Gobierno apenas merma su crédito. Sólo ha conseguido mover seis décimas ese estado de opinión favorable a la figura que encarna Felipe VI. Más allá del interés partidista por marcar territorio político propio en el seno del Ejecutivo de coalición, no hay ninguna razón objetiva para introducir ese falso debate entre monarquía y república. Quizá sería conveniente que el CIS introdujera una nueva cuestión en sus próximos barómetros: determinar qué porcentajes de cuántos ciudadanos consideran que los comportamientos de determinados partidos sólo buscan suscitar discusiones artificiales con las que desviar la atención de su realidad. Porque la fórmula por la que algunos apuestan para el ejercicio de la política sí que es un auténtico problema para España.

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