Tribuna

Javier López Gijón

Profesor de la Facultad de Comunicación y Documentación de la UGR

Desenterrar el Darro

Esta intervención en la ciudad, recuperando parte del embovedado del Darro, tenemos que ponerla en relación con la candidatura para Capital Cultural Europea de 2031

Recreación del arquitecto Saúl Meral de cómo quedaría Reyes Católicos con el Darro desenterrado.

Recreación del arquitecto Saúl Meral de cómo quedaría Reyes Católicos con el Darro desenterrado. / G. H.

Con motivo de la campaña electoral para las municipales se ha propuesto desenterrar el río Darro, e intentar acercarlo a lo que fue su estado "original", hacer que estas aguas ocultas vuelvan a ver la luz. Como me parece una propuesta muy interesante, y que debería ser avalada por la ciudad, quiero escribir unas líneas apoyando el proyecto.

El primer gran oponente a embovedar el río fue Ángel Ganivet, que en una serie de artículos publicados en el Defensor de Granada, que luego acabarían formando el libro Granada la bella, publicado en 1896, decía: "Conozco muchas ciudades atravesadas por ríos grandes y pequeños (…) pero no he visto ríos cubiertos como nuestro aurífero Darro, y afirmo que el que concibió la idea de embovedarlo la concibió de noche: en una noche funesta para nuestra ciudad". Una noche funesta para esta ciudad, que dos siglos después queremos revertir. También decía: "Contra un pueblo que renuncia a ver el agua que corre por sus pies y el cielo que tiene sobre sus cabezas, no queda más recurso que echarse a llorar". Y queremos dejar de llorar, sentir nuestros pies en el agua y nuestra mirada en el cielo.

Lo que Ganivet plantea queriendo desenterrar el Darro es una "obra espiritual", más que material. Lo que pretende es que Granada tome nuevos vuelos para desarrollar y elaborar un modelo de ciudad, y este proceso empieza siendo inmaterial, espiritual, para luego ir materializándose.

En 1904 se edita de nuevo Granada la Bella, con un prólogo de Rafael Gago y Palomo. En esto texto Gago viene a decir que el cubrimiento del Darro, que acabará dando origen a la calle reyes Católicos, ha creado una calle "cursi". Entiende por cursi una elegancia artificiosa e imitada, en contraposición de la natural, espontánea y verdadera. Estamos de acuerdo con Gago: la calle reyes Católicos es actualmente una calle cursi, una imitación. Y se trataría de hacerla volver a su naturaleza. Termina Gago diciendo que: "Granada (…) puede y debe ser regenerada por el esfuerzo de sus propios hijos". Y en esto estamos, pasados muchos años.

En 1935 Torres Balbás, al que tanto debe esta ciudad, dice: "El siglo XIX liquidó gran parte de nuestro pasado histórico, y hoy, corresponde a la generación actual la tarea de ir pacientemente reconstruyendo lo perdido". Más claro no se puede decir: el s. XIX fue penoso para esta ciudad desde el punto de vista paisajístico y monumental. De una ciudad pintoresca y singular se pasó a una ciudad como otras muchas ciudades europeas. Lo pintoresco y lo singular no eran "modernos", lo moderno era igualarnos y parecernos al resto de las modernas ciudades europeas.

Acierta Ganivet cuando nos dice que Granada "lo que sí pide es que se rompa la monotonía de la ciudad moderna". Viendo las reflexiones que hacen autores como Ganivet, Gago o Torres Balbás, está claro que debemos deshacer, en lo posible, lo que nunca debió hacerse. Intentando recuperar lo que fue. Tenemos que desenterrar el Darro.

Una vez desenterrado el río esta nueva calle debería llamarse Ganivet, la actual Ganivet parece que fuera una humillación para el autor de Granada la bella. Es hora de dar el nombre de Ganivet a una calle que tenga sintonía con su pensamiento, y ninguna mejor que esta nueva calle resucitada siguiendo sus ideas. La actual calle Ganivet podía tomar el nombre de calle Reyes Católicos, es un intercambio de nombres que se adapta mejor al espíritu que cada una de estas calles representa.

Lo que ahora se platea con la recuperación del río Darro es una continuación de lo que hizo Torres Balbás: ir reconstruyendo lo que liquidó el s. XIX. Con la reconstrucción de la puerta de Bibrambla en los bosques de la Alhambra, que en 1884 fue derribada con el visto bueno del Ayuntamiento, lo que Balbás pretende es paliar, en lo posible, lo que se destruyó en el s. XIX.

Esta intervención en la ciudad, recuperando parte del embovedado del Darro, tenemos que ponerla en relación con la candidatura para Capital Cultural Europea que Granada piensa presentar para 2031. Se daría un claro mensaje: nuestra ciudad se está replanteando las intervenciones funestas que se hicieron en la ciudad, y está intentando revertir estas situaciones.

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