Tribuna

Francisco Mesonero

Director general de la Fundación Adecco

Frente al envejecimiento imparable, soluciones

La contratación de mayores, permitiéndoles compatibilizar la pensión con rentas derivadas del trabajo, generaría unos ingresos extraordinarios para el Estado

Frente al envejecimiento imparable, soluciones Frente al envejecimiento imparable, soluciones

Frente al envejecimiento imparable, soluciones / rosell

Inexplicablemente se repite la historia, así como se repetirá en las próximas décadas si no actuamos. Hoy contamos en España con 120 mayores de 65 años por cada 100 menores de 16. En Andalucía, todavía se contabilizan más personas jóvenes, con 98 mayores por cada 100 niños, cifra que, sin embargo, crece a un ritmo de dos puntos porcentuales al año y que convertirá Andalucía en una región envejecida durante el próximo ejercicio.

A todas luces, en poco más de un año, nuestra comunidad cruzará la línea y tendrá más población mayor que joven.

Las causas: el bajo índice de natalidad y el aumento de esperanza de vida, noticia para estar contentos, ya que somos el segundo país en el ranking mundial en longevidad.

"El sistema no resistirá con una ecuación cotizante-pensionista del 2,2"

La parte negativa es que el sistema no resistirá, por mucho que intentemos destinar otros impuestos a cubrir las pensiones. El incremento de la población jubilada con altas expectativas de vida, unido a la baja ecuación cotizante/jubilado, situada hoy en 2,2, hará insostenible el sistema. En 2052 se prevé que habrá una persona cotizando por cada jubilado, siendo necesaria una relación del 2,5, o superior, para que el sistema sea sostenible.

Otro dato importante es que la cantidad que aportamos durante los 35 años de vida laboral, mínimo exigible para cobrar pensión, representa un tercio del total que como media percibimos. Además, la entrada tardía en el mercado laboral, unida a los años que transcurren desde que una persona se jubila o prejubila hasta que fallece, representan más años de los que una persona trabaja. En otras palabras, permanecemos más tiempos inactivos que activos a lo largo de nuestra vida.

"Promover el envejecimiento activo frente a un envejecimiento pasivo que no genera riqueza ni es bueno para la salud"

Por tanto, ¿qué opciones o soluciones podemos adoptar ante este problema insoslayable? Sólo queda desarrollar políticas que fomenten la recuperación de la tasa de natalidad y promover el envejecimiento activo, frente a un envejecimiento pasivo que, además de desechar prematuramente el talento y no generar riqueza, no es bueno ni siquiera para la salud.

Sumariamente, entre las medidas para incrementar la tasa de natalidad, es necesaria una Ley de Familia que, con un mayor porcentaje de inversión del PIB (guarderías, bonificación o subvenciones a partir del tercer hijo) permita deducirse en el impuesto de la Renta todos los gastos derivados del hogar (material escolar, ordenadores, servicio doméstico, profesores particulares, reparaciones....). Así se hizo en Francia e indirectamente afloraron de la economía sumergida más de 800.000 euros. Otras medidas serían las de carácter laboral, que igualen la baja por maternidad y paternidad, en la medida en que está demostrado que las políticas de discriminación positiva perjudican a las mujeres en su desarrollo profesional. Asimismo, las empresas tienen que apostar por medidas que permitan flexibilizar la vida de los trabajadores, generando un orgullo de pertenencia y compromiso, que impacta directamente en la productividad.

"Reconocer, normalizar y formalizar el empleo de cuidado a los dependientes"

En el último lustro, más de 100.000 personas han abandonado el mercado laboral para atender a sus mayores, la mayoría mujeres mayores de 45 años. Ha llegado el momento de reconocer, normalizar y formalizar ese trabajo; no en vano, contribuiría a la mejora del servicio de la dependencia, a los que no llega -ni previsiblemente llegará- la Administración Pública.

Por último, promover una norma que incentive la contratación de mayores, permitiéndoles compatibilizar la pensión con rentas derivadas de trabajo, lo que generaría unos ingresos extraordinarios para el Estado. Sin embargo, esta opción no puede ser efectiva si no viene acompañada de una firme apuesta por la diversidad e inclusión que elimine cualquier prejuicio, estereotipo o barrera mental en las empresas y aproveche el talento de las personas sin tener en cuenta las etiquetas, en este caso, de la edad.

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