Desde la Grecia clásica (Platón, Aristóteles) la educación siempre ha sido la clave para la organización social, quizá por eso, es tan difícil que los partidos políticos se pongan de acuerdo en materia educativa.

Cada vez que hay un nuevo Gobierno se implementa una nueva Ley de Educación (LOGSE, LOMCE y ahora se anuncia la LOMLOE). Los docentes llevamos mucho tiempo pidiendo una ley de consenso que no llega nunca y vemos con preocupación, como la educación se convierte en "instrumento partidista" que busca lo que nos separa y no lo que nos une.

Si hay una profesión que con la llegada de la democracia se ha socializado sin duda alguna es la educación. A través de la comunidad educativa en los distintos órganos colegiados, el claustro o el consejo escolar, se tiene conocimiento y se participa y aprueba el proyecto educativo de cada colegio o instituto. Como no puede ser de otra manera, el curriculum no es cuestionable y a nadie se le ocurriría sea profesor, alumno o padre recortarlo o modificarlo en favor de sus propios intereses.

Por todo lo anterior, no deja de ser sorprendente la que "se ha liado" con el pin parental. La pregunta es muy sencilla, ¿educamos para vivir en familia o para vivir en sociedad?  Algunos filósofos lo tenían muy claro, Auguste Comte nos decía que "saber es poder" y Kant nos proponía "atrévete a pensar" el pensamiento crítico como elemento relevante en la formación integral del individuo. En definitiva, apuntaban la importancia de la educación para vivir en sociedad.

La pregunta es muy sencilla, ¿educamos para vivir en familia o para vivir en sociedad?

Es verdad, somos individuos pero como decían los clásicos somos "animales sociales". La educación nos debe formar para vivir en sociedad y como bien sabemos la familia es el núcleo de dicha sociedad. Hay pues una pregunta clave, ¿hay que educar hijos o ciudadanos? La respuesta adecuada a mi juicio sería que hay que educar a hijos y ciudadanos .

El sistema educativo no debe de propiciar solo una educación para vivir en familia, sino también y es fundamental, para vivir en sociedad. Por eso, los padres deben respetar la responsabilidad de los docentes en todo lo que afecta a la educación de sus hijos y no se deben convertir en los garantes de que el docente haga aquello que los padres autorizan , éste hará "lo que debe hacer" , como diría en imperativo kantiano.

La participación de los padres y las madres en la educación de sus hijos está garantizada por ley en los consejos escolares y a través de las Ampas en el sistema educativo, sin menoscabo de que el  papel de la familia siempre sea un factor  relevante, no podemos nunca olvidar que vivimos en sociedad. Estoy de acuerdo con el consejero de Educación de Andalucía, el señor Imbroda, cuando hace unos días afirmaba que "no se puede aislar a nuestros niños y niñas de la sociedad en la que viven".

Los niños y niñas tienen derechos propios que hay que respetar y no son propiedad de nadie. No son un ordenador ni un móvil que con un pin se activan o desactivan.

Sería muy deseable buscar consensos en materia educativa y evitar retrocesos y debates estériles como el del pin parental que no llevan a ninguna parte.

En Andalucía con más de dos millones de alumnos son casos muy aislados en los que los padres han tenido algún problema con el contenido de la educación de sus hijos, no hagamos problema donde no lo hay y respetemos y confiemos en el profesorado. Una sociedad que valora y respeta a sus maestros es una sociedad más libre y más justa.