El Cascamorras, la fiesta de Guadix declarada de Interés Turístico Internacional y que ha sido suspendida por segundo año consecutivo debido a el Covid, ha premiado al personal sanitario, las fuerzas de defensa y seguridad, el voluntariado y colectivos sociales por su labor en la pandemia.

El acto, al que asistieron el consejero andaluz de Salud y Familia, b, y el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, sirvió para reconocer a los colectivos que han contribuido durante la pandemia a "salvar y salvaguardar vidas", según destacó el alcalde de Guadix, Jesús Lorente.

Suspendida por segundo año consecutivo debido a la pandemia, esta peculiar tradición forma parte de la idiosincrasia de un territorio común compartido por las comarcas de Baza y Guadix, hermanadas por la fiesta cada 6 y 9 de septiembre.

El pregón de exaltación ha corrido a cargo este año de la periodista de la Agencia Efe María Ruiz, que hizo un sentido y emotivo recorrido, basado en su experiencia como 'cascamorrera', por esta arraigada tradición que conmemora su 530 aniversario.

El Cascamorras arrancó cuando Juan Pedernal, un obrero de Guadix, encontró en unas obras de Baza la imagen de la Virgen de la Piedad, patrona de los bastetanos, e intentó llevarla a su pueblo.

Ante la falta de acuerdo, la justicia de entonces decidió que Guadix mandara cada año a un representante a tierras vecinas y, si llegaba limpio, regresaría con la imagen, las mimbres de una batalla de pintura que cada año pierde Guadix.

Las características de esta tradición, que supone la aglomeración de unas 20.000 personas en un recorrido de unos pocos kilómetros, ha provocado su segunda suspensión consecutiva debido a la pandemia.