Provincia

El Cascamorras va a por la Virgen y se lleva dos mil litros de pintura

  • José Antonio Escudero, que encarna este año a Juan Pedernal, reivindica que la popular fiesta, cuya marca fue registrada por un particular, siga siendo pública

En Baza ya huele a fiesta. El humo de las barbacoas de los pinchitos y la protección de las calles con toldos y plásticos anuncian que la carrera de Cascamorras está cerca y que la Feria de Baza ya ha comenzado.

A las seis de la tarde, con el lanzamiento de los tres cohetes que, como manda la tradición, realiza Miguel Fernández, comenzó la salida del personaje centenario de Juan Pedernal, que este año encarna el joven accitano José Antonio Escudero y, acompañándolo, una multitud ennegrecida por los dos mil litros de pintura ecológica que preparó el Ayuntamiento de Baza para "pintar al Cascamorras". Un año más, la tradición se revivió.

La singularidad de la fiesta y el gran volumen de participantes que registra cada año, unas ocho mil personas entre corredores y público, obliga al Ayuntamiento a preparar un dispositivo especial para que todo transcurra con normalidad y con la menor incidencia posible sobre los bienes públicos y viviendas.

Así ha sido este año, quizá con menos gente que el pasado, pero con la misma ilusión y ganas de comienzo de la Feria que siempre y sin que, afortunamente, se haya registrado ningún incidente grave.

Ahora le llega un par de días de descanso al Cascamorras, en los que paseará por todas la calles de Baza solicitando limosna y ataviado con ropajes similares a los que en su día llevó Juan Pedernal, el original Cascamorras, para volver de nuevo a Guadix, donde los accitanos le esperan para reprocharle que no venga con la imagen de la Virgen de la Piedad. El suyo es, por lo tanto, un castigo doble. Y aun así, se presenta voluntario.

Desde dos horas antes del comienzo de la carrera el operativo especial se encargó de regar y compactar todo el tramo de recorrido, que discurre por camino de tierra, y tras la carrera una cuadrilla de limpieza fue regando y limpiando las calles por las que pasa la comitiva cascamorrera. Le siguió otra brigada de pintores que fueron repasando los lugares que mancharon algunos corredores.

Este año, de nuevo, se ha hecho hincapié desde las autoridades municipales en la conveniencia de recurrir a la pintura ecológica, que se elimina con más facilidad y no contamina como el aceite y otros productos que habitualmente se le han lanzado al Cascamorras.

El protagonista de la fiesta, por cierto, reivindicó, como hizo su antecesor el año pasado, la titularidad pública del festejo. En la camiseta con la que hizo el recorrido figuraba la leyenda 'El Cascamorras es de todos', con la que hacía referencia a la polémica surgida a raíz de que un particular registrara la marca Cascamorras.

Esa circunstancia, eventualmente, podría haber acarreado algún conflicto, en el sentido de que se pudiera promocionar la fiesta como si fuera privada. Los ayuntamientos de Guadix y Baza se opusieron tajantemente y en repetidas ocasiones han solicitado que la marca Cascamorras vuelva a ser pública. Todavía no se ha producido eso, pero lo cierto es que el problema, por ahora, tampoco se ha presentado.

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